La economía argentina atraviesa un momento de escrutinio internacional, con bancos y analistas globales evaluando los avances y desafíos del programa de reformas impulsado por el presidente Javier Milei. Informes recientes de Wells Fargo, JP Morgan y el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) coinciden en destacar logros en materia de ajuste fiscal, desaceleración inflacionaria y recuperación de sectores como energía y minería. Sin embargo, advierten que la sostenibilidad de estos avances depende de la capacidad del gobierno para consolidar consensos políticos y mantener la estabilidad institucional.

Wells Fargo, tras una visita a la Argentina, elogió el éxito económico de Milei, pero ajustó a la baja sus expectativas sobre una victoria contundente de La Libertad Avanza en las próximas legislativas. El banco proyecta un dólar oficial a $1.450 para mediados de 2026 y una inflación anual cercana al 25%, señalando que la volatilidad cambiaria podría incrementarse en los próximos meses. Además, subraya que el apoyo legislativo será crucial para avanzar en reformas estructurales, como las laborales e impositivas.

Por su parte, JP Morgan observa una recuperación del PBI del 3,8% en el segundo trimestre de 2025 y una mejora del salario real, aunque advierte sobre el aumento de la conflictividad política y la necesidad de fortalecer la gobernabilidad. El informe destaca que, pese a la recomposición de algunos indicadores, la confianza en el gobierno ha caído y el riesgo país se mantiene elevado, limitando el acceso a financiamiento internacional.

El IIF, que agrupa a los principales bancos y fondos de inversión del mundo, resalta la rapidez y magnitud del ajuste argentino, pero enfatiza que la inversión privada y la consolidación de la recuperación dependen de una mayor estabilidad política y de la acumulación de reservas. El organismo considera que, aunque la economía real muestra signos de mejora, la historia de inestabilidad y la proximidad de las elecciones intermedias generan cautela entre los inversores.

En este contexto, analistas y actores del mercado coinciden en que el resultado de las elecciones de octubre será determinante para el futuro del programa económico. Si bien existe optimismo moderado sobre la capacidad de recuperación de la Argentina, persisten interrogantes sobre la viabilidad política de las reformas y la posibilidad de atraer inversiones sostenibles a largo plazo.