La Justicia argentina dispuso que el cuadro “Retrato de una dama”, robado por los nazis en los Países Bajos durante la Segunda Guerra Mundial y hallado recientemente en Mar del Plata, quede bajo custodia de la Corte Suprema hasta que se determine su destino final. La obra, atribuida al artista italiano Giuseppe Ghislandi, fue identificada en el living de la casa de Patricia Kadgien, hija de un jerarca nazi que se radicó en Argentina tras la guerra.

El hallazgo se produjo luego de que un periodista neerlandés, Peter Schouten, detectara la pintura en una publicación inmobiliaria. La imagen activó una investigación internacional que involucró a Interpol, la Aduana argentina y la fiscalía federal de Mar del Plata. Tras varios allanamientos, la obra fue entregada voluntariamente a la Justicia, mientras Patricia Kadgien y su esposo quedaron imputados por encubrimiento agravado y bajo arresto domiciliario temporal.

Según la defensa de Kadgien, la familia habría adquirido la pintura de buena fe en 1943, aunque los documentos presentados no coinciden plenamente con la obra en cuestión. La heredera de Goudstikker, el galerista judío despojado de su colección por el régimen nazi, reclama la restitución del cuadro desde Nueva York. El fiscal federal Daniel Adler subrayó que la pieza figura en los registros oficiales de bienes saqueados por el nazismo y que los delitos vinculados al genocidio no prescriben.

El caso ha reavivado el debate sobre la restitución de bienes culturales robados durante la Segunda Guerra Mundial y la responsabilidad de los herederos de quienes participaron en el saqueo. Mientras tanto, la Corte Suprema argentina resguarda la obra, valuada en unos 50 mil dólares, a la espera de una resolución definitiva que podría sentar precedente en materia de restitución internacional de patrimonio cultural.