La provincia de Córdoba se encuentra bajo alerta amarilla debido a un frente frío que ha generado condiciones climáticas extremas. Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), se esperan tormentas, ráfagas de viento de hasta 90 km/h y un marcado descenso de temperatura. La alerta se mantendrá vigente hasta el domingo, afectando a toda la provincia.

El momento más crítico se prevé para la noche del sábado, entre las 21 y las 23 horas, cuando el temporal impactará con mayor fuerza en la ciudad de Córdoba y sus alrededores. Las autoridades han emitido recomendaciones para minimizar riesgos, incluyendo evitar actividades al aire libre y resguardar vehículos y bienes.

El temporal ya ha causado estragos en la región. Se reportan calles anegadas, cortes de rutas y vehículos varados, entre ellos dos colectivos con más de 40 pasajeros cada uno. La Secretaría de Gestión de Riesgo ha instado a la población a extremar las medidas de precaución.

Este evento climático se suma a otros fenómenos extremos que han afectado a diferentes provincias argentinas, como las inundaciones en Buenos Aires. Expertos meteorológicos subrayan la importancia de los sistemas de alerta temprana para mitigar riesgos y proteger vidas y bienes.

El SMN ha explicado que las alertas amarillas indican riesgos moderados, mientras que las naranjas y rojas representan peligros más graves. Este sistema permite a las autoridades y a la población prepararse con antelación para enfrentar condiciones adversas.

En Córdoba, la prioridad es prevenir incidentes mientras la provincia se prepara para enfrentar vientos huracanados y posibles tormentas eléctricas. Las temperaturas, que alcanzaron un pico de 31 grados el sábado, descenderán notablemente a partir del domingo, con mínimas entre 4 y 8 grados y máximas que no superarán los 21 grados.

La situación ha generado preocupación entre los habitantes, quienes han respondido con precaución ante las recomendaciones oficiales. Sin embargo, los incidentes reportados subrayan la necesidad de seguir fortaleciendo los mecanismos de respuesta ante emergencias climáticas.