La ciudad de Orán, en la provincia de Salta, fue escenario de un hecho trágico la noche del miércoles 20 de agosto, cuando dos agentes de la División de Drogas Peligrosas de la Policía de Salta perdieron la vida en circunstancias violentas. El episodio ocurrió en la base operativa ubicada en calle Bustamante al 1200 y generó una fuerte conmoción en la comunidad y en la fuerza policial.

Según fuentes policiales y judiciales, la agente Erika Quispe, de 27 años, falleció en el lugar tras recibir una herida de bala que le atravesó la aorta, mientras que su pareja, el agente Darío Humberto Choque, de 36 años, murió horas después en el hospital San Vicente de Paul, producto de un disparo en la cabeza. Las primeras investigaciones señalan que el hecho se produjo cerca de las 22:30, cuando la joven ingresaba a tomar servicio y se desató una discusión entre ambos, que culminó en el ataque fatal.

La fiscal penal de Graves Atentados contra las Personas, María Soledad Filtrín Cuezzo, tomó intervención en el caso y dispuso la activación del protocolo UFEM, que presume femicidio ante toda muerte violenta de una mujer, incluso si inicialmente parece un suicidio o accidente. "Se encuentran en cumplimiento todas las medidas pertinentes para lograr el esclarecimiento de lo sucedido", aseguró la fiscal, quien ordenó el levantamiento de evidencias y el secuestro de armas de fuego en el lugar.

La Policía Federal fue designada para custodiar la escena y garantizar la objetividad de las pericias, mientras que el Servicio de Tanatología Forense del CIF confirmó las causas de muerte de ambos agentes. Testigos del barrio relataron haber escuchado una fuerte discusión seguida de varias detonaciones, lo que añade interrogantes sobre la secuencia de los hechos.

Ambos policías eran oriundos del norte de Salta y tenían menos de cuatro años de antigüedad en la fuerza. El jefe de prensa de la Policía, Cristian Aguilera, precisó que mantenían una relación de pareja y trabajaban en dependencias distintas dentro de la misma área. Hasta el momento, no se registran antecedentes de violencia entre ellos.

La investigación continúa para determinar si se trató de un femicidio seguido de suicidio o si existen otras hipótesis. El caso se suma a otros episodios recientes de violencia de género en fuerzas de seguridad, lo que pone en foco la necesidad de protocolos y medidas preventivas. Las autoridades locales y la comunidad esperan el avance de las pericias y el esclarecimiento definitivo de los hechos.