Samuel Tobares, un joven de 34 años, falleció el pasado domingo 24 de noviembre durante un procedimiento policial en Villa Parque Síquiman, Córdoba. El hecho, que ha generado conmoción en la comunidad, ocurrió cuando Tobares regresaba de trabajar y fue interceptado por dos policías tras una denuncia al 911 por un supuesto altercado con una vecina.

Según testigos presenciales, el operativo derivó en un forcejeo y una violenta agresión por parte de los oficiales, quienes habrían golpeado a Tobares durante al menos 15 minutos. “Vi cuando empezó el control, cuando lo llevaron para el móvil. Lo insultaron, lo agredieron. En un forcejeo le pegan una piña, lo tiraron contra el móvil, el chico se cayó y le pegaron patadas”, relató uno de los testigos. Otros vecinos afirmaron que los policías se sentaron sobre la víctima y que, al notar que no respondía, intentaron maniobras de reanimación cardiopulmonar.

La autopsia preliminar confirmó que el cuerpo de Tobares presentaba múltiples golpes, aunque no se identificó una lesión específica como causa directa de muerte. El fiscal Ricardo Mazzucchi, a cargo de la investigación, dispuso la detención de los dos policías involucrados, quienes fueron imputados por homicidio preterintencional y trasladados a la cárcel de Bouwer.

La familia de la víctima, representada por el abogado Carlos Nayi, solicitó que la imputación se agrave a homicidio calificado, argumentando la gravedad de la agresión y la condición funcional de los uniformados. Además, se investiga si otros agentes pudieron haber incurrido en omisión o encubrimiento.

El caso ha reavivado el debate sobre el uso de la fuerza por parte de la policía y la necesidad de una mayor capacitación y control institucional. Mientras la investigación judicial y una pesquisa interna avanzan, la familia de Tobares y organizaciones sociales reclaman justicia y sanciones ejemplares para los responsables.