El empresario argentino Leonardo Scatturice, conocido por su pasado en la inteligencia local y sus conexiones con el gobierno de Javier Milei y el entorno de Donald Trump, se convirtió en el principal accionista de Flybondi, la aerolínea low cost que atraviesa una delicada situación financiera. La adquisición se concretó a través del fondo estadounidense COC Global Enterprise, que ahora lidera el directorio de la compañía y promete consolidar su operación y retomar los planes de crecimiento en Argentina y la región.

Scatturice, de 49 años y oriundo de Lanús, ha construido una carrera marcada por su paso por la SIDE, la creación de múltiples empresas y una serie de controversias judiciales de las que salió indemne. Su nombre volvió a la escena pública no solo por la compra de Flybondi, sino también por su rol al frente de Tactic Global, una consultora que firmó recientemente un contrato de lobby con el Estado argentino para facilitar reuniones y vínculos con funcionarios estadounidenses. El acuerdo, registrado en el sistema FARA de Estados Unidos, establece un pago mensual de 10.000 dólares y fue gestionado a través de la SIDE para agilizar los trámites burocráticos.

La llegada de COC Global Enterprise a Flybondi busca equilibrar las finanzas de la aerolínea, mantener los puestos de trabajo y potenciar la operación mediante la incorporación de nuevas aeronaves y la ampliación de rutas. "La visión de COC Global de invertir en compañías con alto potencial, alineadas con los principios de innovación y sostenibilidad, es un respaldo muy valioso para Flybondi y para este gran equipo conformado por 1.525 personas", afirmó Mauricio Sana, CEO de la empresa.

Sin embargo, la operación no está exenta de polémicas. Scatturice es señalado como un hombre de consulta para el gobierno de Milei, especialmente en temas de inteligencia y relaciones internacionales, y su entorno reconoce la existencia de vínculos estrechos con figuras clave del oficialismo. Además, Flybondi enfrenta investigaciones judiciales por presuntas irregularidades en el mantenimiento y la seguridad operacional de sus vuelos, lo que suma incertidumbre al futuro de la compañía.

El desembarco de Scatturice y su entorno, con fuertes lazos con el trumpismo y la ultraderecha internacional, refuerza la presencia de estos actores en el sector aerocomercial argentino. Mientras tanto, desde el gobierno y la empresa insisten en que la operación representa una oportunidad para consolidar el servicio y garantizar la continuidad de la aerolínea en un mercado desafiante.