Un insólito y alarmante episodio sacudió a la ciudad de Loreto, en Santiago del Estero, durante las recientes Fiestas Patronales de la Virgen de Loreto. Un operativo de bromatología municipal detectó que un comerciante tucumano vendía milanesas elaboradas con papel higiénico y cartón prensado en un puesto ambulante, lo que derivó en el decomiso inmediato de la mercadería y la clausura del local.

La intervención se produjo tras denuncias de varios consumidores que notaron irregularidades en el sabor, textura y aspecto de las milanesas ofrecidas en el "Carro Trico", ubicado en la plazoleta Fuerza Aérea, un tradicional punto de encuentro gastronómico de la ciudad. Inspectores municipales constataron que las milanesas estaban confeccionadas con materiales completamente inapropiados y peligrosos para el consumo humano.

El comerciante, identificado como Juan del Jesús Sosa, oriundo de San Miguel de Tucumán, fue inhabilitado para operar en la feria y se le prohibió instalar su negocio en la ciudad de Loreto. "Evitamos que decenas de personas consumieran alimentos que podían poner en serio riesgo su salud. El papel higiénico no solo es improcesable por el organismo, sino que puede provocar complicaciones digestivas severas", señalaron fuentes municipales tras el operativo.

El caso fue judicializado, interviniendo la fiscal Eugenia Calligaris y el juez de Faltas Nelson Coronel, quienes ordenaron la destrucción de la mercadería y la aplicación de sanciones administrativas ejemplares. Además, se labró un acta de infracción y se anticipó que se formalizarán denuncias penales por delitos contra la salud pública.

Este episodio no es aislado: en agosto, en Monte Quemado, se detectó un caso similar durante otras fiestas patronales, donde se decomisaron más de 20 kilos de milanesas y chorizos adulterados. Las autoridades locales anunciaron que intensificarán los controles bromatológicos en ferias y eventos masivos, y recomendaron a la población consumir únicamente alimentos en comercios habilitados y con condiciones higiénicas verificables.

El escándalo reavivó el debate sobre la seguridad alimentaria en la vía pública y la necesidad de reforzar la vigilancia para prevenir riesgos sanitarios en eventos multitudinarios.