El teniente general Carlos Alberto Presti asumió este jueves como nuevo ministro de Defensa de la Nación, en una ceremonia realizada en el Salón Blanco de la Casa Rosada y encabezada por el presidente Javier Milei. La designación de Presti marca un hecho inédito en la historia institucional moderna de Argentina, ya que es el primer militar en actividad en ocupar la conducción política del Ministerio de Defensa.

La asunción contó con la presencia destacada del embajador de Estados Unidos en Argentina, Peter Lamelas, quien fue ubicado en primera fila junto a la familia de Presti, en una señal de la estrecha relación bilateral y el alineamiento geopolítico que el gobierno de Milei busca consolidar. La presencia del diplomático estadounidense fue interpretada como un respaldo explícito a la nueva gestión y a la política de defensa orientada a la cooperación internacional, especialmente con Estados Unidos y socios de la OTAN.

Sin embargo, la ceremonia estuvo marcada por la ausencia de los jefes militares, en particular de la Armada, lo que expuso el malestar interno en las Fuerzas Armadas. Según fuentes castrenses, la principal causa de la tensión es la decisión de Presti de mantener su rango militar en "estado de disponibilidad" mientras ejerce el cargo político, una figura legal controvertida que no tiene antecedentes recientes. Sectores militares consideran que esta situación politiza a las fuerzas y preferirían que el ministerio fuera conducido por un militar retirado.

En paralelo, la gestión de Presti enfrenta el desafío de reestructurar la obra social militar (IOSFA), que acumula una deuda estimada en $250 mil millones y múltiples reclamos por deficiencias en las prestaciones. El saliente ministro Luis Petri ordenó una auditoría integral sobre la gestión de IOSFA entre 2019 y 2025, mientras se espera que la nueva conducción militar asuma el control de la entidad.

El nombramiento de Presti y la renovación de la cúpula militar representan un giro respecto a las gestiones anteriores, que privilegiaban la conducción civil en el área de Defensa. El gobierno apuesta a que la experiencia internacional y la formación estratégica de Presti permitan consolidar las capacidades militares y fortalecer la soberanía nacional, en un contexto de mayor cooperación con Estados Unidos y expectativas de destrabar restricciones armamentísticas impuestas por el Reino Unido.

El futuro de la gestión estará marcado por la capacidad de Presti para superar las resistencias internas y avanzar en la modernización de las Fuerzas Armadas, en un escenario de recursos limitados y demandas crecientes de profesionalización y transparencia.