Jennifer, una joven de 18 años que trabajaba en el buffet de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata, protagonizó un episodio que rápidamente se viralizó en redes sociales y medios nacionales. El hecho ocurrió cuando la empleada, tras denunciar malos tratos laborales y falta de pago de horas extras, decidió destrozar parte del local y grabar toda la secuencia con su teléfono móvil. El video, de 27 segundos, fue difundido en TikTok e Instagram, acumulando millones de visualizaciones y generando un intenso debate sobre las condiciones laborales de los jóvenes en empleos precarios.

En las imágenes, Jennifer arroja un monitor al suelo, lanza mercadería y rompe vajilla, mientras profiere insultos y frases como “Con el trabajo de la gente no se juega” y “Ahora sí, haceme juicio”. La joven explicó en entrevistas que su reacción fue producto del cansancio y el hartazgo por el trato recibido, asegurando que trabajaba en negro y que no le pagaban las horas extras. “Sé que está mal, pero lo hice para concientizar”, declaró a LN+, reconociendo que su accionar podría perjudicarla en el futuro laboral.

Por su parte, Juan Berges, responsable del buffet, negó rotundamente las acusaciones de maltrato y calificó el episodio como un "acting" premeditado. “No hubo ningún tipo de maltrato. Tenemos videos que muestran que fue algo calculado”, afirmó, y confirmó que ya presentaron una denuncia penal contra Jennifer por los daños ocasionados. Además, destacó que el resto de las empleadas pueden dar fe del trato cordial en el lugar.

El caso no solo llegó a la Justicia, sino que también motivó la intervención del sindicato Uthgra, que expresó su apoyo a la joven y puso en agenda la problemática de la precarización laboral. La viralización del video abrió un espacio de debate en redes sociales, donde las opiniones se dividieron entre quienes empatizaron con Jennifer y quienes cuestionaron la forma de su protesta.

El episodio evidencia el impacto de las redes sociales en la visibilización de conflictos laborales y plantea interrogantes sobre los límites de la protesta y las consecuencias legales de este tipo de acciones. Mientras la Justicia avanza en la investigación, el caso de Jennifer sigue generando repercusiones y reflexiones sobre el mundo laboral juvenil en Argentina.