Miles de personas se congregaron el 12 de diciembre en Plaza de Mayo para participar de una jornada nacional en defensa de los derechos humanos, convocada por Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, junto a las principales centrales sindicales y organizaciones sociales y políticas. El evento, realizado en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos y a 42 años de la recuperación democrática, tuvo como eje central la reafirmación de las consignas de "Memoria, Verdad y Justicia" y el rechazo a las políticas del gobierno de Javier Milei, consideradas "negacionistas" por los organizadores.

La jornada comenzó con la tradicional ronda de las Madres alrededor de la Pirámide de Mayo, seguida de paneles de debate sobre derechos laborales y sociales. En el panel "Derechos y Trabajo", Hugo Yasky, secretario general de la CTA-T y diputado nacional, anunció una movilización a Plaza de Mayo para el 18 de diciembre en rechazo a la reforma laboral impulsada por el gobierno. "Nosotros queremos reformas, pero no son las que quieren ellos", afirmó Yasky, quien propuso la reducción de la jornada laboral y la ampliación de derechos para trabajadores precarizados.

El acto central contó con la participación de referentes históricos como Estela de Carlotto, Taty Almeida y Adolfo Pérez Esquivel, quienes llamaron a mantener viva la memoria y a defender los logros democráticos alcanzados desde 1983. María Laura Torre, secretaria general adjunta de SUTEBA, subrayó: "Esta no es una ronda más, tiene un sentido y un valor impresionantes. A dos años de un gobierno negacionista, reafirmamos la democracia y el camino de las Madres y Abuelas".

El evento se realizó un día después de la designación de un nuevo subsecretario de Derechos Humanos por parte del gobierno nacional, funcionario señalado por impulsar la "memoria completa", lo que generó críticas entre los asistentes. Analía Meaurio, subsecretaria de Derechos Humanos, enfatizó la necesidad de profundizar la defensa de la democracia y la soberanía nacional.

La jornada concluyó con un show musical y la reiteración de las consignas históricas: "Son 30.000. Terrorismo de Estado, nunca más". El oficialismo no participó del acto y fue objeto de críticas por parte de los organizadores, quienes advirtieron sobre posibles retrocesos en materia de derechos humanos y memoria histórica.