El gobierno argentino atraviesa una nueva crisis política tras la filtración de audios comprometedores que involucran a los hermanos Javier y Karina Milei, así como a asesores cercanos. La publicación de estos audios ha generado un clima de nerviosismo y especulación dentro de la administración, con diversas hipótesis sobre el origen y la motivación detrás de las grabaciones.

Según fuentes cercanas al gobierno, Fernando Cerimedo, director de La Derecha Diario y operador digital de la campaña de Milei, es señalado como posible responsable de grabar las conversaciones. Cerimedo, quien cuenta con antecedentes judiciales y ha sido investigado en Brasil, mantiene una influencia significativa en el manejo de redes sociales y en la estrategia digital del presidente. "A Javier Milei le habían advertido sobre Cerimedo hace tiempo", reveló una fuente, agregando que su permanencia se debió a la insistencia de Santiago Caputo por su experiencia en campañas internacionales.

La filtración ha desatado una serie de acusaciones cruzadas entre los principales actores del gobierno. Karina Milei apunta a Santiago Caputo como responsable de la filtración, mientras que Caputo niega las acusaciones y señala a Victoria Villarruel. Esta disputa se enmarca en una lucha interna por espacios de poder, con versiones que sugieren que Martín Menem busca reemplazar a Guillermo Francos como jefe de gabinete.

Además, el escándalo se agrava por denuncias de corrupción vinculadas a contratos estatales y pedidos de retornos, en los que se menciona a empresas como Droguería Suizo Argentina y figuras cercanas a los Menem. La prensa destaca que estas internas y filtraciones podrían tener repercusiones en la estabilidad del gabinete y en la imagen del gobierno.

Mientras tanto, el nerviosismo crece ante la posibilidad de que existan más grabaciones comprometedoras. "Esta novela de internas, filtraciones y coimas promete más capítulos en las próximas horas", advierte Urgente24, reflejando la incertidumbre que atraviesa la administración Milei. El contexto de crisis interna y denuncias de corrupción plantea desafíos para la gobernabilidad y la cohesión del equipo presidencial, en un momento clave para la política argentina.