El Gobierno argentino oficializó la expulsión de José Gregorio Noriega, político venezolano vinculado al régimen de Nicolás Maduro, quien había ingresado al país en los últimos días desde Brasil. La medida fue anunciada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien comunicó que Noriega, sancionado por Estados Unidos y la Unión Europea por colaborar con el chavismo y participar en maniobras para socavar la democracia venezolana, "no vuelve nunca más".

La decisión se tomó tras la denuncia pública del partido opositor venezolano Voluntad Popular, que exigió acciones inmediatas al presidente Javier Milei y a la ministra Bullrich. En su comunicado, Voluntad Popular calificó a Noriega de "traidor" y colaborador clave en el desmantelamiento institucional de Venezuela, señalando que "ningún aliado de la dictadura se mueva libremente" y que "el que las hace, las paga".

Noriega, exdiputado de la Asamblea Nacional, fue expulsado de Voluntad Popular en 2019 tras ser acusado de participar en la "Operación Alacrán", una trama de sobornos impulsada por el chavismo para influir en diputados opositores. En 2020, se sumó a una junta legislativa paralela auspiciada por el oficialismo, lo que le valió sanciones internacionales, incluyendo el congelamiento de bienes y la prohibición de viajes por parte de Estados Unidos y la Unión Europea.

La expulsión de Noriega se produce en un contexto de endurecimiento de la política argentina hacia el régimen de Maduro. Recientemente, el gobierno de Milei incluyó al Cartel de los Soles, dirigido por Maduro y Diosdado Cabello, en el registro de organizaciones terroristas, alineándose con medidas similares adoptadas por Ecuador y Paraguay. La líder opositora venezolana María Corina Machado agradeció públicamente al presidente argentino por su apoyo a la causa democrática venezolana y por la firme postura contra el narcotráfico y el terrorismo chavista.

Patricia Bullrich subrayó que "el terrorismo chavista no tiene lugar en nuestro país", reafirmando la línea política y diplomática del gobierno argentino. La expulsión de Noriega fue celebrada por sectores opositores y marca un nuevo capítulo en la confrontación regional contra el chavismo y sus aliados. El caso evidencia la creciente coordinación internacional para combatir estructuras vinculadas al régimen venezolano y al narcotráfico, mientras la situación política en Venezuela sigue generando repercusiones en la región.