El conflicto entre el Gobierno argentino y los gremios aeronáuticos alcanzó un nuevo pico de tensión tras el anuncio de un paro nacional de pilotos para el 19 de julio, que finalmente fue levantado luego de que la Secretaría de Trabajo dictara la conciliación obligatoria. La medida, impulsada por la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), respondía a la reciente modificación del Código Aeronáutico a través del DNU 378/2025, que incrementa las horas máximas de vuelo y reduce los períodos de descanso y vacaciones para el personal aeronáutico.

Según fuentes de Aerolíneas Argentinas, la solicitud de conciliación obligatoria buscó evitar el colapso de vuelos de cabotaje e internacionales en plena temporada de vacaciones de invierno. Sin embargo, el clima de conflicto persiste. Pablo Biró, secretario general de APLA, advirtió que las medidas de fuerza podrían profundizarse si no se revierten los cambios: “No vamos a resignar el poder adquisitivo del salario ni a bajar ninguna bandera”, afirmó. El gremio sostiene que la reforma representa un riesgo para la seguridad aérea y un deterioro de las condiciones laborales, además de denunciar una supuesta “extranjerización y apertura indiscriminada del mercado”.

El DNU 378/2025 eleva las horas máximas de vuelo de 8 a 10 diarias y de 800 a 1000 anuales, reduce el descanso semanal de 36 a 30 horas y limita las vacaciones a 15 días corridos. El Gobierno, por su parte, defiende la medida argumentando que otorga mayor flexibilidad operativa, reduce costos y debería traducirse en más vuelos y opciones para los pasajeros. Desde la Secretaría de Transporte se insiste en que la reforma busca aumentar la competitividad del sector.

El descontento no se limita a los pilotos. Otros gremios, como la Asociación de Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA), también han realizado protestas y enfrentan despidos. La situación genera incertidumbre para las aerolíneas y los pasajeros, especialmente ante la alta demanda prevista para las vacaciones de invierno.

Mientras tanto, el Gobierno acusa a los sindicatos de “extorsión” y de perjudicar a los usuarios. Edgardo Llano, titular de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), anunció una asamblea gremial para el 21 de julio en Aeroparque, lo que sugiere que la conflictividad continuará en las próximas semanas. Sin señales de acuerdo ni de diálogo fluido, el sector aeronáutico argentino enfrenta un escenario de alta tensión e incertidumbre.