El mercado laboral argentino atraviesa una etapa de fuerte contracción desde la asunción de Javier Milei como presidente. Según datos oficiales de la Secretaría de Trabajo y análisis de especialistas, entre noviembre de 2023 y marzo de 2025 se perdieron más de 115.000 empleos privados registrados, mientras que el empleo público cayó en más de 58.000 puestos y el trabajo en casas particulares disminuyó en más de 22.000. En total, la destrucción de empleo registrado ronda los 200.000 puestos.

En contraste, el trabajo independiente bajo la modalidad de monotributo creció en casi 75.000 personas, lo que evidencia una tendencia hacia la precarización laboral. El informe oficial señala que solo en marzo de 2025 se destruyeron más de 7.300 empleos privados, interrumpiendo la leve recuperación observada en febrero. Además, los salarios formales sufrieron una caída de entre 2,6% y 4% en términos reales en los últimos tres meses, ubicándose apenas 1,3% por encima del nivel de noviembre de 2023.

El sector de la construcción fue el más afectado, con una pérdida de casi 62.000 empleos, seguido por la industria, que perdió más de 31.000 puestos. Por el contrario, sectores como comercio, agricultura y pesca mostraron leves incrementos en el empleo. Sin embargo, la recuperación de empleos privados es marginal: solo se recuperó el 15% de los puestos perdidos desde el cambio de gobierno.

El empleo formal comenzó a caer en septiembre de 2023, tocó su piso en julio de 2024 y desde entonces se mantiene estancado. La reforma laboral impulsada por el gobierno no logró revertir la tendencia negativa. Analistas y sindicatos advierten sobre la creciente precarización y la falta de recuperación salarial, mientras que el gobierno atribuye parte de la caída a factores estacionales y a la baja de la actividad económica en marzo.

El mercado laboral argentino enfrenta así un escenario de estancamiento prolongado, con una conversión de empleo formal a independiente y salarios en retroceso. Las perspectivas a corto plazo no son auspiciosas, y se destaca la necesidad de políticas que impulsen el empleo formal y mejoren las condiciones laborales.