Este domingo 7 de septiembre, la provincia de Buenos Aires será escenario de una de las jornadas electorales más relevantes del año, en la que más de 14 millones de ciudadanos están habilitados para votar. El proceso renovará la mitad de la Legislatura bonaerense, los concejos deliberantes y los consejos escolares de los municipios, en un contexto de alta expectativa política y fuerte impacto nacional.

En total, se elegirán 23 senadores y 46 diputados provinciales, además de autoridades locales en los municipios. La Tercera Sección Electoral, que abarca 19 municipios del sur del conurbano, concentra el 35,5% del padrón bonaerense, con La Matanza como el distrito de mayor peso electoral. El operativo electoral, coordinado por el Ministerio de Gobierno bonaerense, contempla la habilitación de 1.934 locales de votación y 41.189 mesas, con un despliegue de 34.778 efectivos de seguridad, entre policías provinciales y fuerzas federales. El transporte público será gratuito para facilitar la concurrencia a las urnas.

El sistema de votación mantendrá la tradicional boleta partidaria, conocida como "sábana", descartando la Boleta Única de Papel que sí se aplicará en las elecciones nacionales de octubre. El escrutinio definitivo comenzará cinco días después de los comicios, bajo la supervisión de la Junta Electoral Provincial. La ley electoral bonaerense regula el conteo y clasificación de votos, estableciendo categorías de votos afirmativos, en blanco e impugnados, y aplicando el método Hare para la distribución proporcional de escaños.

El resultado de estas elecciones será determinante para la gestión del gobernador Axel Kicillof, quien busca convalidar su mandato frente a la oposición liderada por La Libertad Avanza y el PRO. El frente libertario, en alianza con Mauricio Macri, aspira a convertirse en la principal fuerza opositora y ganar regiones clave. Las terceras fuerzas también intentan posicionarse como alternativas en la disputa legislativa.

La jornada electoral bonaerense se realiza de manera desdoblada respecto de las nacionales, lo que añade complejidad al proceso y pone a prueba la capacidad organizativa de las autoridades. El impacto de los resultados se proyecta más allá de la provincia, anticipando posibles cambios en la composición del Congreso y en el escenario político nacional. Las autoridades advierten que el método de reparto de bancas puede definir cargos por diferencias mínimas, lo que aumenta la tensión y el interés en el escrutinio final.