Guillermo Francos, jefe de Gabinete de la Nación, abandonó abruptamente el Senado tras un fuerte cruce con la senadora fueguina Cristina López, quien lo acusó de "mentiroso" durante la presentación de su informe de gestión. El episodio, ocurrido tras más de cuatro horas de exposición, marcó un nuevo pico de tensión entre el Gobierno nacional y la oposición, especialmente en torno a las políticas para Tierra del Fuego.

El incidente se desató cuando López, representante de Tierra del Fuego, cuestionó duramente las respuestas de Francos sobre la situación industrial y social de la provincia, afectada por la quita de aranceles y recortes presupuestarios. "Para usted y el presidente Milei, Tierra del Fuego es solo un punto en el mapa para negociar con potencias extranjeras. Poco les interesa la causa Malvinas y el futuro de la Antártida. Somos miles de fueguinos que sentimos el abandono nacional", expresó la senadora, quien insistió en que el Gobierno no responde a las necesidades locales.

Francos, visiblemente molesto, solicitó que López se retractara del calificativo de "mentiroso". Ante la negativa, decidió retirarse del recinto, justificando su salida por "falta de respeto" y defendiendo el cumplimiento de su deber constitucional. "Di cumplimiento a mi responsabilidad de presentar el informe de gestión, pero decidí no permanecer ante las faltas de respeto y acusaciones fuera de lugar", escribió luego en redes sociales.

El episodio generó reacciones inmediatas tanto en el Congreso como en redes sociales. López reafirmó sus críticas y acusó al Gobierno de no tolerar cuestionamientos. Otros senadores aprovecharon la ocasión para señalar el veto presidencial a leyes de emergencia, la situación del Hospital Garrahan y el deterioro de la obra pública.

La sesión fue suspendida y se resolvió convocar nuevamente a Francos para la próxima semana. El hecho, sin antecedentes recientes, expone la fragilidad del diálogo entre el Ejecutivo y el Legislativo, en un contexto de alta conflictividad política y social. La relación entre el Gobierno de Javier Milei y el Congreso se mantiene tensa, con frecuentes cruces y vetos a iniciativas opositoras, mientras provincias como Tierra del Fuego reclaman mayor atención y recursos.