Una falla en la tinta de seguridad utilizada en la impresión de pasaportes argentinos desencadenó en los últimos días una crisis que afectó a miles de ciudadanos y generó largas filas en los principales aeropuertos del país. El Registro Nacional de las Personas (Renaper) reconoció el problema, que afecta principalmente a la serie AAL de pasaportes, y puso en marcha un operativo de emergencia para reponer los documentos defectuosos.

La anomalía, invisible a simple vista, impide que los scanners de migraciones lean correctamente los pasaportes, lo que provocó que numerosos viajeros se vieran imposibilitados de abordar sus vuelos. Para atender la demanda, el Renaper reforzó la atención en Aeroparque Jorge Newbery y Ezeiza, sumando unidades móviles y habilitando canales digitales para la verificación de documentos. Aquellos afectados con viajes inminentes pueden reponer su pasaporte de manera gratuita y en un plazo de entre dos y seis horas.

Según datos oficiales, entre 5.000 y 6.000 pasaportes estarían comprometidos, aunque el universo bajo análisis es considerablemente mayor. El gobierno atribuyó la falla a una partida defectuosa de tinta negra de origen alemán, utilizada durante años en la fabricación de documentos. Sin embargo, fuentes gremiales y periodísticas señalan que la crisis expone problemas más profundos, como la tercerización de funciones históricas de la Casa de Moneda y los recortes en áreas técnicas estatales.

El secretario gremial Vicente Glorioso denunció que "el objetivo es vaciar la empresa" y advirtió sobre los mayores costos de la tercerización. Por su parte, usuarios y viajeros manifestaron su malestar ante la incertidumbre y las demoras, mientras que diputados y medios de comunicación criticaron la falta de controles y la improvisación en la gestión estatal.

La situación se da en un contexto de ajuste y desregulación impulsado por el gobierno nacional, que ya había generado otros inconvenientes, como la escasez de chapas patentes para vehículos. Las autoridades aseguran que las partidas defectuosas ya fueron retiradas de circulación y que los mecanismos de reposición están funcionando, aunque la crisis dejó en evidencia la vulnerabilidad de los sistemas de control y la importancia de mantener estándares de calidad en la documentación oficial.