El debate sobre el futuro de la industria argentina se intensificó durante el Seminario Propymes, organizado por el Grupo Techint en Buenos Aires, donde Paolo Rocca, CEO del conglomerado, y la senadora Patricia Bullrich compartieron escenario ante más de 800 empresarios. El eje central fue la creciente presión de las importaciones chinas y la necesidad de reformas estructurales para sostener la competitividad local.

Rocca advirtió sobre la "actitud predatoria" de China, que produce el 50% del acero mundial y exporta con prácticas consideradas desleales. "Hoy, como demostró Trump, hay que contrarrestar fuertemente a China", afirmó, y reclamó una "apertura inteligente" que permita a la industria argentina adaptarse, invertir e incorporar tecnología. El empresario destacó que el grupo Techint prevé inversiones por USD 2.400 millones en 2026, principalmente en energía, pero subrayó que la competitividad depende de reformas laborales e impositivas.

Bullrich, en su nuevo rol como senadora, defendió la reforma laboral presentada por el gobierno, calificándola de "equilibrada, pro-trabajador y pro-empresa". Explicó que la iniciativa busca reducir la litigiosidad, ordenar la representación gremial y fomentar la formalidad. "No queremos una economía cerrada, pero tampoco una apertura indiscriminada", aseguró, prometiendo que el gobierno será moderado en la liberalización comercial.

Empresarios presentes manifestaron preocupación por la caída del consumo interno, el impacto de los aranceles estadounidenses y europeos, y el aumento del déficit comercial con China, que en manufacturas industriales alcanzó los USD 16.000 millones. Se reclamó una estrategia clara para enfrentar la competencia asiática y condiciones estables para invertir en tecnología y mejorar la infraestructura.

El contexto internacional, marcado por la rivalidad entre EE.UU. y China y la proliferación de medidas proteccionistas, obliga a la Argentina a definir su inserción global. El gobierno de Milei impulsa reformas para estabilizar la economía y atraer inversiones, pero persisten dudas sobre el impacto inmediato en la competitividad industrial. El encuentro cerró con un llamado al diálogo entre sector privado y autoridades para defender la estructura productiva nacional y aprovechar las oportunidades del nuevo escenario global.