El distanciamiento entre el presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel sumó un nuevo capítulo este miércoles, cuando ambos dejaron de seguirse mutuamente en Instagram. Este gesto virtual, aunque aparentemente menor, se inscribe en una escalada de tensiones políticas que se ha intensificado desde la victoria electoral de 2023.

La ruptura en redes sociales se produjo tras las elecciones legislativas, en las que Villarruel fue objeto de acusaciones por parte de Santiago Oría, cineasta y funcionario cercano a Milei. Oría afirmó en redes sociales que la vicepresidenta habría solicitado el cierre de la escuela donde votó para hacerlo en privado, diferenciándose del presidente y su hermana Karina Milei, quienes esperaron en la fila como cualquier ciudadano. Sin embargo, el entorno de Villarruel desmintió categóricamente la versión, asegurando que la vicepresidenta ingresó en auto por razones de seguridad y votó junto a otros electores, respaldando sus dichos con fotografías tomadas en el Instituto Cristo Rey, en Caseros.

La ausencia de Villarruel en los festejos oficiales tras la victoria electoral fue otro indicio del quiebre en la relación. A diferencia de la celebración de 2023, la vicepresidenta no acompañó al presidente, lo que alimentó las especulaciones sobre una interna que se viene gestando desde hace meses. Las diferencias entre ambos líderes se han manifestado públicamente, como en el evento "La Derecha Fest" en Córdoba, donde Milei criticó duramente a Villarruel por su postura respecto a una ampliación presupuestaria aprobada por el Senado.

El uso de redes sociales como principal canal de comunicación política ha amplificado los gestos de distanciamiento, convirtiendo el "unfollow" en un símbolo de la crisis interna. Mientras tanto, medios oficialistas y libertarios han intensificado las críticas hacia Villarruel, quien respondió denunciando "fake news" y mostrando imágenes que contradicen las acusaciones.

La profundización de la interna entre Milei y Villarruel plantea interrogantes sobre la cohesión del Gobierno y la estabilidad política en el corto plazo. El distanciamiento entre los principales referentes del oficialismo podría tener consecuencias en la dinámica de poder y en la gobernabilidad, en un contexto marcado por disputas sobre el control del gasto y la estrategia legislativa.