El próximo miércoles 7 de mayo comenzará en Roma el cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco, un evento que reúne a 133 cardenales menores de 80 años provenientes de 71 países. Este cónclave, el más diverso en la historia de la Iglesia Católica, se llevará a cabo en la Capilla Sixtina bajo estrictas normas de confidencialidad.

El legado del Papa Francisco, quien falleció recientemente, será un tema central en las deliberaciones. Francisco, el primer Pontífice argentino, es recordado por su enfoque en los marginados, su apertura hacia diversas realidades geográficas y culturales, y su capacidad para combinar gestos ortodoxos y revolucionarios. Según el arzobispo de Santiago del Estero, Vicente Bokalik, "Francisco nos impulsó al encuentro de la gente, especialmente de los más sufrientes".

Entre los cardenales electores se encuentran cuatro argentinos: Vicente Bokalik, Ángel Rossi, Víctor Fernández y Mario Poli. Bokalik, en declaraciones recientes, señaló que es poco probable que otro argentino sea elegido Papa, destacando que "la Iglesia buscará gente de otros lugares". Por su parte, Rossi enfatizó la importancia de continuar con el legado de Francisco, afirmando que "el próximo Papa debe tener las características de apertura y cercanía que él promovió".

El proceso de elección requiere una mayoría de dos tercios, es decir, 89 votos si se mantienen los 133 electores actuales. Aunque no hay un candidato claro, nombres como el del cardenal Pietro Parolin han sido mencionados como posibles sucesores. Sin embargo, la falta de consenso podría prolongar las votaciones más allá de los dos días que duraron los últimos cónclaves.

El cónclave se desarrolla en un contexto de gran expectativa y reflexión. Las reuniones preparatorias han permitido a los cardenales debatir sobre los desafíos actuales de la Iglesia y el perfil del nuevo líder. Este evento no solo definirá al próximo Papa, sino también el rumbo de una institución que busca mantenerse relevante en un mundo en constante cambio.

La elección del nuevo Pontífice será seguida con atención por los 1.400 millones de católicos en todo el mundo, quienes esperan que el sucesor de Francisco continúe con su legado de inclusión, paz y compromiso con los más vulnerables.