El paro de controladores aéreos convocado por el gremio ATEPSA generó este viernes un fuerte impacto en los principales aeropuertos de Argentina, especialmente en Buenos Aires. La medida de fuerza, en reclamo de una recomposición salarial del 45%, se desarrolló en dos franjas horarias, de 13 a 16 y de 19 a 22, y provocó la cancelación de más de 40 vuelos y decenas de demoras, afectando a más de 10.500 pasajeros en la primera jornada.

En las terminales de Aeroparque y Ezeiza se vivieron escenas de tensión, con largas filas frente a los mostradores de las aerolíneas, discusiones por la falta de información y pasajeros varados en busca de alternativas para llegar a destino. Las aerolíneas Aerolíneas Argentinas, LATAM, JetSMART y Flybondi reportaron miles de pasajeros afectados y ofrecieron opciones de reprogramación y cambios de fecha sin costo adicional para quienes vieron alterados sus planes de viaje.

El sindicato ATEPSA, que agrupa a controladores de tránsito aéreo y técnicos de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), argumentó que la medida se tomó tras agotar todas las instancias legales y administrativas, incluyendo la conciliación obligatoria y su prórroga, sin recibir una propuesta salarial satisfactoria por parte de las autoridades. "Continuaremos con el plan de lucha oportunamente presentado, en defensa de los derechos de los trabajadores y con el objetivo de alcanzar una justa y necesaria recomposición salarial", expresó el gremio en un comunicado oficial.

Por su parte, el Gobierno y la empresa estatal EANA rechazaron el paro, señalando que "afecta un servicio esencial garantizado por ley y las operaciones del sistema aeronáutico". En un comunicado, destacaron que participaron en 17 audiencias de negociación sin lograr un acuerdo debido a la postura intransigente del sindicato. La justicia laboral también rechazó una cautelar presentada por ATEPSA, al no acreditarse la existencia de un acta de aumentos salariales reclamada por el gremio.

El cronograma de paros continuará en los próximos días, con interrupciones programadas en franjas horarias específicas. Las operaciones de emergencia, sanitarias y humanitarias quedaron exceptuadas de la medida. El conflicto expone la vulnerabilidad del sistema aeronáutico ante medidas gremiales y la necesidad de diálogo para evitar mayores complicaciones en la movilidad aérea nacional.

Mientras tanto, los pasajeros afectados expresaron su frustración y buscaron alternativas para llegar a destino, en medio de la incertidumbre generada por la protesta sindical.