El caso de Priscila Margot Quesada, una joven de 20 años embarazada de mellizas, ha conmocionado a la provincia de Salta y al país entero. Priscila desapareció el pasado 16 de mayo en la ciudad de Orán, cuando se dirigía al hospital local para una cesárea programada. La joven, que también padecía un tumor cerebral, había informado a su familia que sería trasladada a Buenos Aires para una operación urgente, pero desde entonces no se ha tenido noticias de su paradero.

La familia de Priscila presentó la denuncia por su desaparición el 19 de mayo, lo que activó el Protocolo Provincial de Búsqueda de Personas. Según los testimonios, Priscila fue vista por última vez frente al hospital de Orán, donde supuestamente abordaría una ambulancia acompañada por una enfermera identificada como Olga Segundo. Sin embargo, las autoridades sanitarias desmintieron esta versión, ya que no existen registros de su ingreso al hospital ni de un traslado oficial.

En los días posteriores a su desaparición, la familia recibió mensajes desde el celular de Priscila, en los que se afirmaba que había dado a luz y que una de las mellizas estaba en incubadora. También se publicaron fotos en sus estados de WhatsApp, pero estas resultaron ser trucadas o tomadas de internet. La supuesta enfermera que se comunicó con la familia dio información contradictoria sobre el paradero de Priscila, mencionando hospitales en Buenos Aires y hasta un traslado a Comodoro Rivadavia, datos que no pudieron ser confirmados.

El fiscal Carlos Alberto Salinas, a cargo de la investigación, ha ordenado el análisis de cámaras de seguridad del hospital de Orán y el rastreo de la línea telefónica desde la que se enviaron los mensajes. Además, se está verificando una historia clínica a nombre de "P.Q." en el hospital de Pichanal, aunque sin número de documento que permita confirmar si corresponde a Priscila.

La familia teme que Priscila haya sido víctima de una red de trata de personas, una hipótesis que también está siendo considerada por las autoridades. "Nos mintieron. Nos hicieron creer que estaba bien. Estamos desesperados", expresó un familiar. Mientras tanto, la búsqueda continúa activa en distintos puntos del país, y se solicita a la comunidad cualquier información que pueda ayudar a dar con su paradero.

El caso de Priscila Quesada pone en evidencia la necesidad de fortalecer los protocolos de búsqueda y de garantizar la seguridad de las personas en situaciones de vulnerabilidad. Las autoridades han reiterado su compromiso de esclarecer los hechos y encontrar a la joven, mientras la familia y la sociedad esperan respuestas concretas.