La Unión Cívica Radical (UCR) ha iniciado una nueva etapa con la elección de Leonel Chiarella, intendente de Venado Tuerto, como presidente nacional del partido. Chiarella, de 37 años, se convierte en el dirigente más joven en asumir la conducción de la UCR, tras obtener un amplio respaldo de los distintos sectores internos, incluidos gobernadores y referentes cercanos al oficialismo nacional.

En sus primeras declaraciones, Chiarella subrayó la necesidad de dejar atrás las disputas internas y concentrarse en la gestión y los problemas reales de la sociedad. "Tenemos que dejar de hablar de internas y rosca. La UCR gobierna cinco provincias y más de 500 municipios, y debemos hablar de gestión, producción, seguridad, obra pública y los problemas reales de la sociedad", afirmó. El nuevo titular del partido también destacó la importancia de la unidad y el diálogo, proponiendo una agenda de sentido común y consensos, con una postura racional frente al gobierno nacional: "En lo que estamos de acuerdo, acompañamos; en lo que podemos mejorar, proponemos; y en lo que no coincidimos, lo planteamos".

La elección de Chiarella es interpretada como una apuesta por la renovación y la reafirmación de la identidad radical, en un contexto de crisis de representación política y fragmentación partidaria. Analistas señalan que el radicalismo enfrenta el desafío de consolidar la unidad interna y recuperar protagonismo nacional, tras años de crisis de identidad y la reciente conducción de Martín Lousteau. La gestión de Chiarella en Venado Tuerto, donde fue reelecto con más del 83% de los votos, es vista como un ejemplo de liderazgo territorial y capacidad de gestión.

El partido busca ahora construir una alternativa electoral sólida de cara a 2027, reafirmando sus valores históricos de defensa de las instituciones, la democracia y la educación pública, pero adaptándolos a los desafíos actuales. La renovación dirigencial y la apuesta por la democracia interna son valoradas como señales de madurez institucional y responsabilidad histórica, en un escenario de desconfianza social hacia la política y crisis económica nacional.

El futuro de la UCR dependerá de su capacidad para consolidar la unidad, fortalecer su identidad y ofrecer respuestas concretas a los problemas de la sociedad argentina.