El debate por la reforma laboral impulsada por el gobierno de Javier Milei generó una fuerte reacción en el Senado, especialmente por parte de representantes del sector cultural. Pablo Echarri, actor y presidente de la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (SAGAI), expuso ante la Comisión de Trabajo su rechazo al proyecto, calificándolo de "ruinoso" y "regresivo" para los trabajadores y la cultura nacional.

La iniciativa oficialista propone, entre otros puntos, la eliminación de gravámenes que actualmente financian organismos como el INCAA, el Instituto Nacional del Teatro y medios públicos de comunicación. Según Echarri, "eliminar la cultura nacional y la comunicación nacional es patearnos verdaderamente en contra". El actor advirtió que la derogación de los artículos 193, 194, 195 y 196 del proyecto afectaría gravemente la producción audiovisual y teatral, al suprimir fondos provenientes de impuestos a entradas de cine, videogramas y gravámenes a medios de radiodifusión.

Especialistas consultados por diversos medios coincidieron en que la reforma podría significar el desfinanciamiento casi total del sector cultural, ya que estos recursos representan más del 90% del presupuesto de organismos como el INCAA. Además, la propuesta incluye la derogación del Estatuto del Periodista, lo que genera preocupación en el ámbito de la prensa por el posible retroceso en derechos laborales y garantías para la libertad de expresión.

El gobierno argumenta que la reforma busca modernizar el sistema laboral y fiscal, pero críticos sostienen que implica un debilitamiento de la acción sindical y de los mecanismos de protección de la cultura y la información. El debate en el Senado fue pospuesto para febrero, tras obtener dictamen en las comisiones de Trabajo y de Presupuesto y Hacienda.

No es la primera vez que se intenta modificar el esquema de financiamiento cultural en Argentina; antecedentes similares se registraron durante la gestión de Mauricio Macri. Sin embargo, referentes del sector advierten que la actual propuesta representa un riesgo mayor, ya que podría dejar sin recursos a la producción nacional y afectar la diversidad y pluralidad cultural. "Queremos sacar a la Argentina del pozo, pero eliminar la cultura nacional es ir en contra de ese objetivo", concluyó Echarri en su intervención.