El caso de Marina Silva, una oficial de policía que asesinó a sus dos hijos en San Luis, sigue generando conmoción en Argentina. A pocos días del juicio oral, se han revelado nuevos detalles sobre las notas que dejó antes de cometer el crimen y su estado mental.

El 1° de junio de 2024, Silva asesinó a sus hijos Bautista, de 2 años, y Sofía, de 7 años, mientras dormían en su casa en el barrio Los Fresnos, Juana Koslay. Según la investigación, utilizó su arma reglamentaria para dispararles después de colocar almohadas sobre sus cabezas. Posteriormente, dejó tres notas en la escena del crimen, incluyendo una carta en la que expresó su desesperación y problemas financieros.

Las pericias caligráficas realizadas por el Departamento de Investigación de Delitos Complejos confirmaron que las notas fueron escritas por Silva. La carta, escrita en tres momentos distintos, incluía mensajes de despedida a su familia, reflexiones sobre sus hijos y confesiones sobre sus problemas económicos. En uno de los fragmentos, Silva escribió: “Perdón, ya no pude más. No es culpa de nadie. Pero necesito paz. Pa y ma los amo. Hermanos gracias por todo. Y Jonathan perdón también, te amo. Perdón por no poder seguir más”.

Tras cometer el crimen, Silva alertó a sus compañeros de la Comisaría 34° y envió mensajes de WhatsApp a sus hermanos antes de huir. Fue encontrada horas después cerca del dique Cruz de Piedra, donde intentó suicidarse. Desde entonces, permanece detenida.

La jueza de Garantía Luciana Banó prorrogó su prisión preventiva por 120 días para garantizar el proceso judicial. La fiscal Antonella Córdoba destacó la gravedad del caso y la necesidad de proteger la integridad de los testigos. Por su parte, el abogado querellante subrayó la conmoción social generada por el crimen y la importancia de avanzar en la investigación.

El caso ha generado un debate nacional sobre la salud mental y el manejo del estrés en profesionales de seguridad. Las pericias psicológicas y psiquiátricas serán clave para entender el estado mental de Silva y determinar su responsabilidad penal. Mientras tanto, la sociedad argentina sigue impactada por este trágico episodio que plantea interrogantes sobre la prevención de situaciones extremas en contextos laborales y familiares.