Dante Gianni Bettiga, un joven argentino de 23 años oriundo de Ushuaia, Tierra del Fuego, se encuentra actualmente en el frente de batalla de la guerra entre Rusia y Ucrania tras haber sido reclutado por una empresa privada en Rusia. Bettiga había viajado en febrero para estudiar el idioma y la cultura rusa, pero su situación cambió drásticamente cuando, buscando alternativas para extender su estadía, fue persuadido por dos brasileños para firmar un contrato militar que no comprendía completamente debido al idioma.

El contrato, gestionado por una empresa privada que provee soldados a la Federación Rusa, lo obliga a cumplir tres años de servicio militar, aunque inicialmente le prometieron trabajo administrativo y residencia. Tras apenas dos semanas de entrenamiento cerca de Moscú, fue enviado al frente de batalla en Donetsk, Ucrania, donde relata condiciones precarias, miedo constante y contacto esporádico con su familia debido a la falta de conectividad.

La familia de Bettiga, especialmente su padre Juan, quien padece cáncer de hígado, ha iniciado una cruzada humanitaria para lograr su regreso. Juan Bettiga presentó una carta formal al ministro de Defensa ruso, Andréi Beloúsov, solicitando la dispensa humanitaria de su hijo, fundamentando el pedido en su delicado estado de salud y la necesidad de contar con el acompañamiento de Dante para afrontar el tratamiento médico. La solicitud se basa en el artículo 51 de la Ley Federal 53-FZ, que permitiría el relevo por razones humanitarias.

Las gestiones ante autoridades rusas y argentinas, incluyendo la Cancillería y la Embajada argentina en Moscú, no han tenido resultados concretos hasta el momento, en parte debido a la falta de relaciones diplomáticas directas entre ambos países. La comunidad de Ushuaia y organismos internacionales han alertado sobre el caso, buscando visibilizar la situación y facilitar el regreso de Bettiga.

El caso de Dante Bettiga pone en evidencia los riesgos que enfrentan los extranjeros en el reclutamiento militar ruso y reaviva el debate sobre la protección consular y los derechos humanos en contextos de conflicto armado. Mientras tanto, la familia espera una respuesta que permita el reencuentro entre padre e hijo y el inicio del tratamiento médico necesario.