El viernes 28 de septiembre de 2025, un violento temporal de viento y lluvia sacudió la provincia de Mendoza, provocando la muerte de una mujer en el departamento de Maipú. El hecho ocurrió cerca de las 18 horas, cuando Cristina Alejandra Funes, de 37 años, circulaba en su Fiat Uno rojo por la intersección de Rawson y Juan B. Justo. En ese momento, un árbol de gran tamaño se desplomó debido a las intensas ráfagas, aplastando el vehículo y causando la muerte inmediata de la conductora.

El Servicio de Emergencia Coordinado acudió rápidamente al lugar, pero no pudo evitar el desenlace fatal. Testigos relataron que la víctima presentaba signos vitales al momento del accidente, aunque falleció pocos minutos después. El temporal, que incluyó ráfagas de viento superiores a los 80 kilómetros por hora, lluvias intensas y granizo, generó múltiples incidentes en toda la provincia. Defensa Civil reportó la caída de más de 350 árboles y más de 400 incidentes, entre ellos voladuras de techos, cortes de energía eléctrica y calles anegadas.

Además del accidente en Maipú, se registraron otros hechos graves: un repartidor resultó herido en Las Heras tras la caída de un árbol sobre su moto, y una adolescente de 13 años fue golpeada por otro árbol en San Martín, aunque ambos se encuentran fuera de peligro. El Aeropuerto Internacional El Plumerillo suspendió todas sus operaciones debido a la falta de visibilidad y daños materiales, lo que obligó a desviar vuelos y cancelar viajes programados.

La Dirección General de Escuelas decidió suspender las clases presenciales en todos los niveles, trasladando la actividad educativa a la modalidad remota. Las autoridades provinciales recomendaron a la población extremar precauciones y evitar salir de sus hogares mientras persistieran las condiciones adversas. Vecinos afectados denunciaron la falta de infraestructura y preparación para enfrentar este tipo de fenómenos climáticos, señalando que la respuesta oficial fue insuficiente y tardía.

El Servicio Meteorológico Nacional había emitido una alerta naranja para la región, anticipando la posibilidad de tormentas severas y vientos intensos. El fenómeno se atribuyó a la interacción de sistemas de alta y baja presión, que generaron condiciones extremas en Mendoza y provincias cercanas. Aunque el temporal comenzó a disminuir hacia el fin de semana, las autoridades mantuvieron el alerta y continuaron trabajando en la reparación de daños y la asistencia a los afectados.

Este evento pone de manifiesto la vulnerabilidad de la infraestructura local ante fenómenos meteorológicos extremos y la necesidad de mejorar los sistemas de prevención y respuesta en la provincia.