Argentina y el Reino Unido han reanudado un diálogo militar tras años de distanciamiento, en un contexto de creciente competencia geopolítica en el Atlántico Sur. El acercamiento, impulsado por la administración de Javier Milei y con el respaldo de Estados Unidos, busca revisar el embargo militar británico vigente desde la guerra de Malvinas y modernizar las Fuerzas Armadas argentinas con equipamiento compatible con la OTAN.

El proceso comenzó en febrero de 2024, cuando agregados de defensa británicos visitaron el Ministerio de Defensa argentino por primera vez en tres años. Posteriormente, se sucedieron reuniones bilaterales en Londres y Buenos Aires, así como encuentros entre cancilleres. Entre los acuerdos alcanzados figuran la visita de familiares argentinos a las tumbas en las islas, el intercambio de datos pesqueros y la propuesta de restablecer vuelos directos, aunque algunos de estos compromisos aún no se han concretado.

El gobierno argentino niega la existencia de acuerdos secretos y sostiene que los contactos son normales y transparentes, orientados a restablecer la confianza y superar las restricciones impuestas tras la guerra de 1982. Sin embargo, el embargo británico sigue siendo un obstáculo para la modernización militar argentina, lo que ha llevado al país a considerar proveedores alternativos como China y Rusia, situación que preocupa a Estados Unidos.

El Atlántico Sur ha adquirido una importancia estratégica renovada debido al aumento del tráfico marítimo por el Estrecho de Magallanes y la presencia creciente de China y Rusia en la región antártica. Estados Unidos ha manifestado su apoyo a la modernización militar argentina, con el objetivo de contrarrestar la influencia de potencias extrahemisféricas.

En el plano político, la reanudación del diálogo genera cautela tanto en Londres como en Buenos Aires. En el Reino Unido, persisten dudas sobre la estabilidad política argentina y el futuro de la relación bilateral, mientras que en Argentina la oposición critica el acercamiento y la postura del gobierno sobre la soberanía de las Malvinas. Los habitantes de las islas, por su parte, expresan reservas ante la posibilidad de que el Reino Unido venda armamento a Argentina.

A pesar de las dificultades, el proceso de diálogo representa un cambio significativo en la relación bilateral y podría sentar las bases para una cooperación más estrecha en materia de defensa y seguridad en el Atlántico Sur. El desenlace dependerá de la evolución política en ambos países y de la dinámica geopolítica regional.