El Gobierno argentino concluyó la transformación de todas las empresas estatales en sociedades anónimas, un paso considerado fundamental para avanzar en la agenda de privatizaciones y atraer inversión privada. La conversión, impulsada por el presidente Javier Milei y formalizada mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023, culminó con la inscripción de Ferrocarriles Argentinos como Sociedad Anónima Unipersonal, según confirmó el Inspector General de Justicia, Daniel Roque Vítolo.

La medida implica que las empresas estatales ahora operan bajo la Ley General de Sociedades N° 19.550, en igualdad de condiciones con las firmas privadas y sin prerrogativas públicas. "Con esta inscripción, se completa el proceso de reorganización de todas las sociedades del Estado Nacional, ordenado por el Presidente", afirmó Vítolo en un comunicado oficial. El proceso fue coordinado por la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, que actuó como Unidad Ejecutora Especial temporaria.

La transformación legal y registral de empresas como Administración de Infraestructura Ferroviaria, Administración General de Puertos, Contenidos Públicos, Edu.Ar, Empresa Argentina de Navegación Aérea, Fabricaciones Militares, Operadora Ferroviaria, Radio y Televisión Argentina, Casa de Moneda y Télam, entre otras, sienta las bases para futuras privatizaciones. El Gobierno ya avanza en la venta o concesión de compañías estratégicas como AYSA, Belgrano Cargas, Transener e Intercargo, con la expectativa de publicar los pliegos de licitación antes de fin de año.

El ministro de Economía, Luis Caputo, destacó que la venta de activos estatales podría aportar miles de millones de dólares, contribuyendo a fortalecer las reservas nacionales. Según fuentes oficiales, la transformación no obliga a privatizar, pero sí facilita el proceso al eliminar obstáculos jurídicos y permitir la incorporación de capital privado.

La iniciativa responde a compromisos asumidos con organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, y busca reducir el rol empresario del Estado, mejorar la competitividad y eficiencia de las empresas públicas. Analistas consultados consideran que la conversión a sociedades anónimas es la vía más adecuada para ejecutar mecanismos de desinversión estatal.

Desde el Gobierno se subraya que, aunque existía escepticismo por experiencias fallidas en el pasado, la concreción del proceso demuestra la viabilidad de una transformación estatal eficiente y pacífica. Las decisiones sobre privatización, concesión o reorganización de cada empresa se definirán según criterios económicos y estratégicos, marcando una nueva etapa en la política económica argentina.