El Gobierno nacional avanza en la centralización del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), en el marco de un plan de ajuste impulsado por el Ministerio de Desregulación y el Ministerio de Economía. La medida, que busca reducir gastos administrativos y de personal, ha generado preocupación y rechazo entre trabajadores, pymes y sectores productivos, que advierten sobre el impacto negativo en la innovación y el desarrollo industrial del país.

Según fuentes oficiales, la reorganización de los organismos podría definirse en los próximos días, aunque persisten diferencias internas entre los ministros Federico Sturzenegger y Luis Caputo respecto a la conducción del proceso. El plan contempla que el INTI pase a funcionar como una unidad centralizada dentro del Ministerio de Economía, mientras que el INTA mantendría su estructura, pero con servicios administrativos y de recursos humanos concentrados en la subsecretaría de Producción.

Trabajadores del INTI, respaldados por organizaciones como la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), han manifestado su preocupación por la pérdida de autonomía y autarquía del instituto, que actualmente produce el 35% de su presupuesto y mantiene una relación directa con el 80% de las pymes industriales del país. "Nuestro temor es que se concrete la centralización del Instituto, lo que implicaría la pérdida de capacidad para gestionar fondos, firmar convenios y proteger la propiedad intelectual", señaló una representante del INTI.

En el interior del país, la posible salida de estos organismos ha encendido las alarmas. Desde Villa Regina, la Cámara de Comercio advierte que el cierre de agencias locales significaría la pérdida de apoyo técnico y formativo para pymes y jóvenes, afectando el desarrollo regional y la igualdad de oportunidades.

El Gobierno sostiene que la centralización permitirá ahorrar recursos y mejorar la eficiencia, en línea con las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, sectores productivos y científicos alertan que la medida podría debilitar la trama científico-tecnológica nacional y aumentar la dependencia del país en materia industrial y tecnológica.

El debate sobre el futuro del INTI y el INTA continúa abierto, con movilizaciones, asambleas y reclamos en defensa de la autonomía y el rol estratégico de estos institutos para el desarrollo argentino.