El Congreso argentino se prepara para debatir un proyecto de ley que podría modificar la vida cotidiana de millones de personas: la propuesta de atrasar una hora el huso horario oficial del país. Impulsada por el diputado mendocino Julio Cobos, la iniciativa busca que Argentina pase del actual GMT-03 a GMT-04, con el objetivo de alinear la hora oficial con la luz solar real y reducir el consumo de energía eléctrica artificial.

El proyecto, que figura en el temario de la sesión de Diputados del próximo miércoles, retoma un viejo debate sobre la hora oficial en Argentina. "Argentina tiene un desfasaje entre la hora oficial y el huso horario que realmente nos corresponde y esto provoca varios inconvenientes", argumentó Cobos en sus redes sociales. Según el legislador, la medida permitiría aprovechar mejor la luz solar de la mañana y reducir el tiempo de iluminación artificial por la tarde, lo que impactaría directamente en los hogares y la actividad comercial.

La propuesta se apoya en un informe de la doctora Andrea Pattini, directora del Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (INAHE) del CONICET Mendoza, quien sostiene que un huso horario mal alineado con el ciclo natural de luz y oscuridad provoca un gasto innecesario de electricidad. "Atrasar una hora ayudaría a aprovechar mejor la luz solar y reduciría el consumo energético", señala el informe.

El cambio, de aprobarse, implicaría ajustes en rutinas laborales, horarios escolares y el funcionamiento de servicios. Si bien los primeros días podrían generar incomodidad, especialistas sugieren que a mediano plazo se traduciría en un importante ahorro energético y una mejor sincronización con la luz natural. Además, la iniciativa invita a los países del Mercosur a coordinar sus husos horarios, lo que facilitaría transacciones bancarias, operaciones bursátiles y el transporte regional.

El debate sobre el huso horario no es nuevo en Argentina. Desde 1920 el país ha cambiado varias veces su hora oficial, principalmente con fines de ahorro energético. La última ley sobre el tema fue sancionada en 2007, pero dejó de aplicarse en 2009. El resurgimiento del debate ocurre en un contexto de tensión internacional por los precios de la energía, lo que otorga nueva relevancia a la discusión sobre el horario oficial.