El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha emitido un pronóstico climático trimestral que anticipa un invierno más cálido de lo habitual en gran parte de Argentina. Según el informe, las temperaturas podrían superar los valores normales en regiones como Cuyo, la Patagonia y el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), con probabilidades que oscilan entre el 40% y el 55% dependiendo de la zona.

Marcelo Madelón, meteorólogo y especialista en medio ambiente, explicó que este fenómeno está relacionado con el calentamiento de las aguas del Atlántico frente a Mar del Plata, un evento inusual que podría estar vinculado a la fase climática neutral actual. "Estamos en una fase neutral, sin la presencia de El Niño ni La Niña, lo que genera temperaturas más altas de lo normal. Es probable que esta tendencia continúe durante el resto del año", señaló Madelón.

El informe también destaca que las precipitaciones serán dispares. En el noroeste argentino y Cuyo, se esperan lluvias por debajo de lo normal, mientras que en el noreste podrían ser superiores al promedio. En el AMBA y otras regiones, como Córdoba y Santa Fe, no se ha podido determinar si las lluvias estarán por encima o por debajo de los niveles habituales.

Históricamente, los otoños e inviernos en Argentina han mostrado una tendencia a ser más cálidos desde 2010. En 2024, por ejemplo, las temperaturas mínimas medias en otoño fueron 1°C superiores al promedio, continuando una anomalía que se ha vuelto más frecuente en los últimos años.

Diego Araneo, investigador en ciencias de la atmósfera, señaló que las altas presiones sobre los océanos Pacífico y Atlántico, junto con el calentamiento de los mares adyacentes a Sudamérica, están amortiguando las temperaturas invernales. "Aunque el promedio indique más calor, pueden darse irrupciones de aire frío que no alteran la tendencia general pero sí impactan en la vida cotidiana", explicó Araneo.

El SMN ha recomendado seguir los sistemas de alerta y los partes meteorológicos semanales para adaptarse a los cambios de corto plazo. Aunque el invierno será más cálido en promedio, no se descartan eventos extremos como heladas o frentes polares que podrían afectar temporalmente las condiciones climáticas.

Este pronóstico tiene implicaciones significativas para sectores como la agricultura, el turismo y el consumo energético, que deberán adaptarse a un invierno menos crudo pero con posibles sorpresas climáticas.