La designación de Peter Lamelas como futuro embajador de Estados Unidos en Argentina, impulsada por el expresidente Donald Trump, desató una ola de críticas y tensiones diplomáticas en el país sudamericano. Lamelas, un médico cubano-estadounidense sin experiencia diplomática previa, expuso ante el Senado estadounidense que su principal objetivo será limitar la influencia de China y otros países considerados adversarios por Washington, como Irán, Cuba, Venezuela y Nicaragua. Además, manifestó su intención de apoyar al presidente Javier Milei en las próximas elecciones de medio término y de trabajar estrechamente con los gobernadores provinciales para combatir la corrupción y fortalecer la relación bilateral.

Las declaraciones de Lamelas, en las que también cuestionó a la expresidenta Cristina Kirchner y sugirió intervenir en procesos judiciales internos, fueron calificadas como una injerencia inadmisible por amplios sectores políticos argentinos. El Congreso, a través de proyectos impulsados por el kirchnerismo y el socialismo, solicitó al presidente Milei que rechace el plácet diplomático de Lamelas y lo declare persona no grata. "Las declaraciones de Lamelas desconocen el más elemental principio de soberanía popular", afirmaron legisladores de Unión por la Patria.

La reacción no se limitó al ámbito legislativo. Cristina Kirchner repudió enérgicamente los dichos del embajador designado, acusándolo de actuar como un "fiscal plenipotenciario" enviado desde Estados Unidos y de intentar condicionar la democracia argentina. "Lo que les molesta es la democracia argentina: les molesta que el pueblo vote a quien quiera", expresó la exmandataria.

El gobierno chino también respondió con dureza, calificando las palabras de Lamelas como "plagadas de prejuicios ideológicos y mentalidad de Guerra Fría". El portavoz de la embajada china en Buenos Aires advirtió que Argentina no debe convertirse en un "campo de batalla" entre potencias y criticó la evocación de la Doctrina Monroe.

Varios gobernadores provinciales, entre ellos Axel Kicillof (Buenos Aires), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Ricardo Quintela (La Rioja), se sumaron al rechazo, defendiendo la autonomía y la soberanía nacional frente a lo que consideran una postura intervencionista de Estados Unidos. "Un enviado diplomático no puede comportarse como si fuera un tutor de las políticas soberanas del país que lo recibe", sostuvo Kicillof.

La controversia pone de relieve las tensiones geopolíticas en la región y la disputa por la influencia extranjera en Argentina, en un contexto de alineamiento del gobierno de Milei con Estados Unidos e Israel. El desenlace de la nominación de Lamelas dependerá ahora de la decisión del Poder Ejecutivo, mientras el debate sobre la soberanía y la política exterior argentina sigue abierto.