Una violenta disputa entre dos familias en el barrio La Llamarada de Concordia, Entre Ríos, terminó en tragedia este martes por la tarde, cuando una adolescente de 14 años apuñaló y mató a su vecina, Jésica Noemí Bravo, de 26 años. El hecho ocurrió en la calle Lieberman, donde, según fuentes policiales y testimonios de vecinos, la confrontación escaló rápidamente de insultos y amenazas a agresiones físicas con palos y cuchillos.

De acuerdo con el jefe Departamental de la Policía de Concordia, José María Rosatelli, la pelea se originó por una discusión sobre una cámara de seguridad que una de las familias consideraba invasiva. La situación, que involucró principalmente a mujeres de ambas familias, derivó en un tumulto en plena vía pública. En ese contexto, la adolescente identificada como A.E.P. atacó a Bravo con un cuchillo, causándole una herida en el pecho que resultó fatal.

La víctima fue trasladada de urgencia al Hospital Delicia Concepción Masvernat, donde los médicos confirmaron su fallecimiento poco después del ingreso. La policía detuvo a nueve personas, entre ellas tres menores de edad, y la agresora quedó a disposición del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (COPNAF). Se dispuso además una guardia policial permanente en el barrio para evitar nuevos incidentes.

El caso quedó bajo la órbita de la Justicia local, a cargo de los fiscales Natalia Conti y Martín Núñez, quienes deberán determinar los pasos a seguir, considerando la inimputabilidad de la presunta autora por su edad. Las investigaciones también analizan las denuncias previas entre ambas familias, que, según los allegados a la víctima, no fueron atendidas a tiempo por las autoridades.

Familiares de Jésica Bravo expresaron su dolor y reclamo de justicia en redes sociales y medios, señalando que la tragedia pudo haberse evitado si se hubieran tomado medidas ante las denuncias previas. "Hace dos meses venimos con denuncias con una menor que me tiene cansada, que me ha pegado y que yo, por ser mayor, nunca pude defenderme porque me iban a meter presa", declaró Sheila Bravo, hermana de la víctima.

La comunidad de Concordia permanece conmocionada por el hecho, que reaviva el debate sobre la violencia juvenil y la intervención estatal en conflictos vecinales. Las autoridades continúan investigando el caso y evaluando medidas para prevenir futuros episodios similares.