El gobierno de Javier Milei enfrentó esta semana uno de sus mayores desafíos políticos desde el inicio de su gestión, tras sufrir un contundente revés en el Senado. Una alianza entre gobernadores de distintas provincias y la oposición logró aprobar una serie de leyes que contradicen la política fiscal y de gestión impulsada por la Casa Rosada, entre ellas el aumento de jubilaciones y la redistribución automática de fondos federales.

La sesión, que se desarrolló en un clima de alta tensión, fue posible gracias al quórum y los votos de legisladores provinciales, incluidos algunos que hasta hace poco eran aliados del oficialismo. El resultado fue interpretado en el entorno presidencial como una "traición", y el propio Milei, en declaraciones públicas, habló de un "puñal por la espalda". La reacción del Gobierno no se hizo esperar: se descartó cualquier convocatoria al diálogo con los gobernadores y se anunció la intención de vetar las leyes aprobadas. Además, no se descarta recurrir a la Justicia para frenar su aplicación, aunque en el oficialismo reconocen que este camino podría ser riesgoso y prolongado.

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, intentó hasta último momento negociar con los mandatarios provinciales, pero la propuesta fue rechazada en medio de un clima de desconfianza y reproches cruzados. La ruptura de la alianza entre Nación y provincias quedó en evidencia, y la llamada "Liga de Gobernadores" mostró su capacidad de incidir en el Congreso.

El trasfondo del conflicto es la histórica disputa por la coparticipación y la distribución de fondos federales. En los últimos años, las provincias aumentaron su gasto mientras la Nación mantuvo una política de ajuste, lo que generó tensiones crecientes. El proyecto aprobado en el Senado busca automatizar el reparto de los Aportes del Tesoro Nacional, limitando la discrecionalidad del Ejecutivo y beneficiando a la mayoría de las provincias.

La reacción de los mercados fue inmediata: el dólar subió y la Bolsa cayó, reflejando la preocupación por la gobernabilidad y la estabilidad fiscal. Analistas advierten que la escalada del conflicto podría tener consecuencias en la gestión diaria y en el escenario electoral de octubre, donde el oficialismo espera revertir la situación en el Congreso. Por ahora, la relación entre Milei y los gobernadores parece más tensa que nunca, y el desenlace de la disputa es incierto.