El Ejército Argentino concretó un importante avance en su proceso de modernización con la llegada de los primeros vehículos blindados Stryker 8x8 M1126, adquiridos a Estados Unidos. Las cuatro unidades arribaron por vía marítima al puerto de Zárate, en la provincia de Buenos Aires, y serán presentadas oficialmente el próximo 3 de diciembre en el Batallón de Arsenales 602, en Boulogne.

La incorporación de estos blindados forma parte de un plan más amplio que prevé la adquisición de más de 200 unidades, destinadas a reforzar la movilidad táctica, el transporte de tropas y el poder de fuego de las fuerzas terrestres. Cada Stryker puede transportar hasta once personas, incluyendo dos tripulantes y nueve soldados, y está equipado con una ametralladora de 12,7 mm y un lanzagranadas. Su motor diésel Caterpillar C7 de 350 caballos de fuerza le permite alcanzar velocidades superiores a los 100 kilómetros por hora y una autonomía de 500 kilómetros, lo que representa una mejora significativa en la capacidad de despliegue rápido del Ejército.

El proceso de adquisición incluyó la capacitación de personal argentino en Estados Unidos, donde un grupo de oficiales y suboficiales completó un curso intensivo sobre operación, seguridad y mantenimiento de los Stryker. "Los Stryker son importantes porque constituyen un medio inédito para el Ejército, incrementan sensiblemente sus capacidades y permiten desplazar tropas hacia cualquier parte del territorio nacional en donde sea previsto su empleo", señaló una fuente militar consultada.

La llegada de estos vehículos se enmarca en un contexto de modernización y reequipamiento impulsado por el Ministerio de Defensa, que también contempla la incorporación de aviones F-16. El Stryker, fabricado por General Dynamics, es utilizado por fuerzas armadas de otros países y ha demostrado su eficacia en escenarios de conflicto recientes, como la guerra en Ucrania.

La presentación oficial de los blindados contará con la presencia de las máximas autoridades del Ejército y del Ministerio de Defensa, tanto salientes como entrantes, en un acto que simboliza la continuidad de la política de fortalecimiento de las capacidades operacionales de la fuerza. Se espera que la llegada de nuevas unidades continúe en 2026, consolidando el proceso de modernización militar argentino.