El despido de Víctor Díaz Miguel, un peón rural de origen paraguayo que trabajó durante once años en una estancia de San Vicente, provincia de Buenos Aires, generó una ola de repercusión nacional tras la viralización de un video en el que se lo ve despidiéndose entre lágrimas de su perro. La escena, compartida en sus redes sociales, conmovió a miles de personas y puso en el centro del debate las condiciones laborales en el sector rural argentino.

Díaz, conocido en redes por mostrar su vida cotidiana en el campo, fue notificado de su despido mediante una carta documento y obligado a abandonar la vivienda que ocupaba en la estancia. “Me echaron después de 11 años. Le agradezco a mi patrón por haberme aguantado tantos años. Fuiste bueno y también malo. Ojalá me pague todo, yo no entiendo mucho de cuentas. Me voy con la frente en alto, aprendí mucho acá en el campo”, expresó en uno de sus videos.

La viralización del caso motivó la intervención del Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires y del sindicato UATRE, que realizaron una inspección en el establecimiento. Las autoridades constataron graves irregularidades: cables eléctricos expuestos, ausencia de elementos de protección personal, condiciones higiénicas deficientes y una vivienda en estado deplorable. El empleador fue intimado a regularizar la relación laboral y garantizar condiciones mínimas de salud y seguridad para los trabajadores.

Desde UATRE, la secretaria de Organización, Natalia Sánchez Jauregui, señaló que la situación de Díaz es representativa de lo que padecen miles de trabajadores rurales en el país. “Detrás de cada historia hay una injusticia que no podemos dejar pasar. Nuestro rol como sindicato es acompañar, denunciar, fiscalizar y pelear por condiciones laborales justas”, afirmó.

El caso también abrió el debate sobre la exposición de la vida rural en redes sociales, ya que algunos seguidores y medios sugirieron que el despido de Díaz estuvo motivado por la publicación de videos que mostraban situaciones internas del campo, lo que habría incomodado al empleador.

Mientras tanto, la historia de Díaz generó una ola de solidaridad: recibió ofertas laborales y ayuda económica de seguidores y usuarios de redes sociales. El Ministerio de Trabajo bonaerense aprovechó la visibilidad del caso para recordar los canales de denuncia ante situaciones de contratación irregular o falta de protección laboral.

El caso de Víctor Díaz Miguel visibiliza la precarización y vulnerabilidad de los trabajadores rurales en Argentina, en un contexto de creciente flexibilización laboral y desregulación. Las autoridades y sindicatos insisten en la necesidad de fortalecer los controles y garantizar los derechos de quienes trabajan la tierra.