Gustavo Bruzzone, martillero público de Haedo, fue detenido tras permanecer casi tres años prófugo, acusado de colaborar en el intento de contrabando de 1.658 kilos de cocaína desde Rosario hacia Dubái. La captura se produjo cuando intentaba renovar su pasaporte, lo que alertó a las autoridades sobre su paradero. La Policía Federal lo detuvo en su barrio, y actualmente permanece alojado en una celda en Campana.

La investigación, iniciada en 2022 tras el hallazgo de la droga en un galpón de Rosario, reveló una compleja red de tráfico internacional con conexiones en varias provincias argentinas y el extranjero. El cargamento, valuado en 65 millones de dólares, estaba oculto en pellets de maíz y tenía como destino final Dubái. José “Tano” Sofía, líder de la organización, fue condenado a 11 años de prisión, mientras que otros miembros recibieron penas de hasta 12 años.

Bruzzone, señalado como colaborador logístico, negó en su declaración haber participado activamente en la organización y argumentó motivos de salud para no haberse entregado antes. La Justicia rechazó su excarcelación por considerar que existe riesgo de fuga, aunque evalúa otorgarle prisión domiciliaria debido a su estado de salud y la necesidad de cuidar a su madre enferma.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, celebró la detención y la calificó como un golpe importante al narcotráfico, aunque surgieron controversias en redes sociales por la supuesta militancia política de Bruzzone y su actividad pública durante el tiempo que estuvo prófugo. Algunas fuentes judiciales y periodísticas relativizaron su rol dentro de la organización, describiéndolo como un actor secundario en la estructura criminal.

El caso pone de manifiesto la sofisticación de las redes de narcotráfico en Argentina y la colaboración entre organizaciones locales e internacionales. La investigación continúa, con varios prófugos aún buscados y pedidos de extradición en curso.