El femicidio de Marisa Cunha, ocurrido en la localidad de San Vicente, Misiones, ha sacudido a la comunidad local y puesto en foco la problemática de la violencia de género. La mujer, de 47 años, fue hallada muerta en su vivienda con dos disparos de arma de fuego. Su esposo, Marcelo Da Rosa, fue identificado como el principal sospechoso y permanece detenido tras un operativo policial que incluyó rastrillajes urbanos y rurales, el uso de drones y controles viales.

Según fuentes policiales y testimonios de familiares, el crimen se produjo tras una discusión relacionada con la división de bienes en el marco de un proceso de divorcio. Testigos aseguraron haber escuchado gritos y detonaciones previos al hallazgo del cuerpo. Uno de los hijos de la pareja encontró a su madre sin vida y, según el relato de la hermana de la víctima, Da Rosa habría confesado el crimen a su propio hijo: “Yo maté a Marisa de dos disparos”.

Tras el hecho, Da Rosa intentó huir en un Toyota Corolla azul, pero fue capturado horas después mientras realizaba compras en un comercio local. La policía secuestró el vehículo y, posteriormente, halló una pistola calibre .22 en una zona de malezas, que será sometida a pericias balísticas para determinar si fue el arma utilizada en el crimen.

El expediente judicial, a cargo del Juzgado de Instrucción N°3 de San Vicente, recopila además antecedentes de violencia y amenazas previas por parte del acusado. Familiares de la víctima señalaron que Marisa había denunciado episodios de agresión y que, días antes del crimen, había manifestado temor por su seguridad.

El caso ha generado una fuerte reacción en la comunidad, que exige justicia y mayor protección para las víctimas de violencia de género. Las autoridades remarcan la importancia de la denuncia temprana y la intervención estatal para prevenir tragedias similares. El femicidio de Marisa Cunha se suma a una preocupante serie de casos en la región, reavivando el debate sobre las políticas de prevención y asistencia a las víctimas.