El fallecimiento de Ana Núñez, una pediatra del hospital Castro Rendón de Neuquén, ha generado un profundo pesar en la comunidad médica y social de la región. Núñez, quien falleció el pasado sábado, fue recordada como una profesional comprometida con la pediatría social y una persona dedicada al voluntariado en comunidades vulnerables.

Desde la Residencia de Pediatría del hospital Castro Rendón, sus colegas expresaron su dolor a través de una publicación en redes sociales. "Colega, amiga, hija, hermana, militante comprometida de la pediatría social, aventurera de creencias profundas, siempre te recordaremos guitarreando y queriendo cambiar la realidad de los que sufren", escribieron. Además, destacaron su capacidad para inspirar y su amor por la profesión.

El Equipo del Vacunatorio, Consultorio Externo de Enfermería y Control del Niño Sano también manifestó su pesar, agradeciendo su compromiso con la niñez de la comunidad. "Gracias Anita por tu compromiso con la niñez de nuestra comunidad. Descansa en paz querida compañera", expresaron en un mensaje.

Ana Núñez no solo se destacó en el ámbito de la salud pública, sino también en el voluntariado social. Desde la Parroquia San Cayetano de Bariloche, recordaron su participación en actividades solidarias y su capacidad para vivir con fe y compromiso. "Soñaba con llevar a todo lugar donde esté, todo lo que le hizo arder el corazón en esos momentos", señalaron.

La Inspectoría de Don Bosco Sur también se sumó a los homenajes, resaltando su risa, coraje y fe. "Gracias por todo lo que nos enseñó sin proponérselo, viviéndolo. Y que desde el cielo nos siga acompañando con su música y su voz", expresaron en un comunicado.

El velatorio de Ana Núñez se llevó a cabo el domingo, permitiendo a familiares, amigos y colegas despedirse de ella. Su legado como profesional y ser humano comprometido con la niñez y las comunidades más vulnerables sigue vivo en quienes la conocieron y trabajaron a su lado.

La vida de Ana Núñez estuvo marcada por su dedicación a la salud pública y su participación en voluntariados barriales, dejando una huella imborrable en la comunidad de Neuquén y más allá. Su partida deja un vacío, pero también un ejemplo de compromiso y amor por los demás que perdurará en el tiempo.