El fallecimiento de Camilo Isabella Valenzi, un adolescente de 15 años, en el boliche Club XXI de Quilmes Oeste, conmocionó a la comunidad y generó una investigación judicial que buscó esclarecer las circunstancias del hecho. Camilo ingresó al local bailable utilizando el documento de un amigo mayor de edad, ya que por su edad no podía acceder. Cerca de las cinco de la madrugada, tras salir del baño y mostrar signos de confusión, se descompensó y cayó al suelo. Fue asistido por personas presentes y trasladado de urgencia al Hospital Evita Pueblo de Berazategui, donde ingresó sin vida.

La familia del joven denunció inicialmente que Camilo había sido agredido dentro del boliche, señalando a un amigo como posible responsable y reclamando acceso a todas las grabaciones de las cámaras de seguridad. Sin embargo, la autopsia realizada por la morgue judicial determinó que la causa de muerte fue un shock hipovolémico, producto de una hemorragia interna generada por una úlcera gástrica crónica que llevaba al menos ocho meses de evolución. Fuentes judiciales y los videos de seguridad del local descartaron la intervención de terceros o la existencia de una pelea previa.

La investigación, a cargo de la fiscalía UFI N°2 de Berazategui, se centró en la averiguación de causales de muerte y en el relevamiento de cámaras internas y externas del Club XXI. Si bien algunos testigos y familiares insistieron en la hipótesis de una agresión, los resultados forenses y las imágenes obtenidas no aportaron elementos que confirmen esa versión. El caso puso en debate la seguridad en locales bailables, el control de ingreso de menores y la responsabilidad de los dueños ante situaciones de emergencia.

En redes sociales, familiares y amigos de Camilo expresaron su dolor y exigieron justicia, mientras que la comunidad acompañó el reclamo por mayor transparencia y mejoras en la seguridad. El último adiós al adolescente se realizó en la cochera Ameghino y sus restos fueron inhumados en el cementerio de Ezpeleta. La causa judicial permanece abierta, aunque la autopsia despejó las dudas sobre la naturaleza de la muerte, confirmando que no hubo intervención violenta.