El gobernador bonaerense Axel Kicillof cerró el año político con un encuentro de su equipo en Ensenada, en medio de crecientes tensiones internas dentro del peronismo provincial. La reunión, que congregó a ministros, legisladores, intendentes y referentes sindicales del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), tuvo como objetivo hacer un balance del año, analizar el escenario político y delinear estrategias para 2026 y la proyección nacional hacia 2027.

El evento se desarrolló en un contexto de desconfianza y disputas con sectores del kirchnerismo y el massismo, especialmente en torno a la discusión de la Ley de Endeudamiento, la distribución de cargos en la Legislatura bonaerense y la renovación de autoridades del Partido Justicialista (PJ) bonaerense. Tras intensas negociaciones, se acordó que las elecciones internas del PJ se realizarán el 15 de marzo de 2026, aunque persisten dudas sobre la posibilidad de alcanzar una lista de unidad.

En paralelo, Kicillof intensificó su estrategia de federalización política, con gestos hacia gobernadores de otras provincias y sindicatos. En los últimos días, viajó a Formosa para reunirse con Gildo Insfrán y participó de una marcha de la CGT contra la reforma laboral impulsada por el gobierno nacional. Estas acciones buscan posicionarlo como una alternativa presidencial para 2027, superando la tradicional lógica centralista del peronismo.

El gobernador bonaerense también logró equilibrar fuerzas en la Junta Electoral del PJ, sumando apoderados propios y garantizando mayor transparencia en el proceso interno. Sin embargo, la disputa por cargos clave, como la vicepresidencia del Senado bonaerense, sigue abierta y refleja la fragmentación y desconfianza entre las principales tribus del peronismo provincial.

Desde el entorno de Kicillof se destaca la necesidad de construir un proyecto nacional inclusivo y federal, capaz de recuperar la representación territorial y ofrecer una alternativa al actual modelo de país. Mientras tanto, se prioriza evitar una interna partidaria desgastante, aunque la posibilidad de competencia interna no está descartada. El cierre de año deja al peronismo bonaerense ante el desafío de recomponer la unidad y definir liderazgos de cara a un escenario político cada vez más complejo.