La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad. El fallo, emitido el 10 de junio, ratificó las sentencias previas del Tribunal Oral Federal 2 y la Cámara de Casación, que hallaron a Kirchner culpable de defraudación al Estado en la adjudicación de obras públicas en Santa Cruz.

La decisión de la Corte fue sorpresiva y se produjo tras una convocatoria de urgencia liderada por el presidente del tribunal, Horacio Rosatti. Según diversas fuentes, la presión mediática y empresarial habría influido en la celeridad del fallo, que dejó a Kirchner sin posibilidad de presentarse como candidata en futuras elecciones. La expresidenta, que reside en el barrio porteño de Monserrat, podría acceder a prisión domiciliaria, aunque la Justicia aún debe definir las condiciones de su reclusión.

El impacto político de la condena es profundo. El peronismo, ya fragmentado tras las elecciones de 2023 y la pérdida de poder territorial, enfrenta ahora una crisis de liderazgo. Si bien hubo movilizaciones de apoyo a Kirchner, no se registraron manifestaciones masivas. Dirigentes del oficialismo y la oposición reaccionaron de manera opuesta: mientras sectores kirchneristas denunciaron una persecución política y judicial, la oposición celebró el fallo como un avance en la lucha contra la corrupción.

En el plano internacional, presidentes de la región y sectores de izquierda expresaron solidaridad con Kirchner, mientras que el gobierno de Javier Milei aprovechó el contexto para destacar logros económicos recientes, como la baja inflación. Sin embargo, analistas advierten que la condena podría generar mayor polarización y afectar la gobernabilidad, tanto para el oficialismo como para la oposición.

El futuro del peronismo queda abierto, con debates internos sobre nuevos liderazgos y estrategias. La condena a Cristina Kirchner marca un punto de inflexión en la política argentina y plantea interrogantes sobre la representación y el rumbo del principal partido de la oposición.