El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappallini, ha puesto en el centro de su gestión la necesidad de una reforma laboral y la mejora de la competitividad industrial. En declaraciones recientes, el dirigente subrayó que los convenios colectivos de trabajo, muchos de los cuales datan de hace 50 años, deben ser actualizados para reflejar la realidad productiva actual. "Es fundamental generar incentivos para contratar personal, y hoy sucede lo contrario", afirmó.

En paralelo, el gobierno nacional anunció la eliminación de retenciones para el 88% de los productos industriales exportables, una medida que beneficiará a 3.580 empresas, casi el 40% de las exportadoras del país. Según el ministro de Economía, Luis Caputo, esta decisión busca fomentar la competitividad de la industria local y estimular las exportaciones. Rappallini calificó la medida como "un paso importante" para reducir el "costo argentino" y facilitar la inserción de las pequeñas y medianas empresas en los mercados internacionales.

La nueva conducción de la UIA, que asumió en abril de 2025, también ha priorizado una agenda de desarrollo federal y fortalecimiento de las cadenas de valor. Empresarios como Mauricio Badaloni, protesorero de la UIA, destacaron la importancia de federalizar la agenda industrial y de trabajar en reformas que nivelen la competitividad de las distintas regiones del país.

Sin embargo, los desafíos estructurales persisten. La industria argentina enfrenta altos costos laborales, fiscales y logísticos, además de una inflación elevada que afecta la competitividad. Rappallini señaló que la clave para superar estos obstáculos radica en una reforma laboral integral y en la reducción de impuestos. "No podemos competir con el mundo si no nivelamos la cancha", afirmó.

La UIA trabaja actualmente en propuestas conjuntas con el gobierno para abordar estos problemas. Entre las iniciativas en discusión se encuentra una reforma impositiva que busca reducir las cargas fiscales sobre el empleo formal y fomentar la inversión. "Es crucial cuidar el tejido industrial argentino, no solo desde una perspectiva económica, sino también social y geopolítica", concluyó Rappallini.