El escenario político argentino ha experimentado un cambio trascendental tras la detención de Cristina Fernández de Kirchner, quien cumple arresto domiciliario por una condena de corrupción. Según reveló el periodista Luis Majul en su programa, el presidente Javier Milei ha decidido modificar su estrategia política y electoral, desplazando el foco de confrontación hacia Axel Kicillof, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Majul sostuvo que, para Milei, la figura de Kirchner ya no representa el principal obstáculo político. "La condenada ya no existe más. Ahora, para ganarle al peronismo, considera que hay que atacar sin piedad a Axel Kicillof", afirmó el periodista, reflejando el pensamiento del entorno presidencial. Esta nueva táctica busca debilitar al peronismo bonaerense, considerado el bastión más fuerte del movimiento tras la caída de su líder histórica.

El cambio de adversario se da en un contexto de crisis interna en el peronismo, con divisiones y falta de un heredero claro tras la salida de Kirchner. Kicillof, por su parte, es criticado por su gestión económica, el aumento del empleo público y su respuesta ante la inseguridad, factores que el oficialismo utiliza para erosionar su imagen. Encuestas recientes muestran que una eventual alianza entre La Libertad Avanza y el PRO podría superar al peronismo en la provincia de Buenos Aires, aunque la competencia sigue siendo reñida.

La detención de Kirchner ha generado una reacción social apática, lo que para analistas y periodistas como Majul indica el fin de una era política. Sin embargo, la ausencia de una figura antagónica tan potente como la expresidenta podría complicar la retórica confrontativa de Milei, quien ha basado parte de su popularidad en la oposición a los líderes tradicionales del peronismo.

En este nuevo escenario, el gobierno enfrenta presiones de los gobernadores y debates sobre la distribución de fondos nacionales, mientras el peronismo busca reorganizarse en medio de la incertidumbre. El futuro político argentino dependerá en gran medida de la capacidad de Milei para consolidar su liderazgo y de la respuesta del peronismo ante la pérdida de su principal referente.