El gobierno argentino, encabezado por Javier Milei, condenó enérgicamente el reciente ataque de Irán contra Israel y repudió la designación de Ahmad Vahidi como jefe de la Guardia Revolucionaria Islámica. Vahidi, quien cuenta con un pedido de captura internacional y una alerta roja de Interpol, es señalado como uno de los principales autores intelectuales del atentado a la AMIA en Buenos Aires en 1994, que dejó 85 muertos y más de 300 heridos.

En un comunicado oficial, la Oficina del Presidente calificó la designación de Vahidi como "una provocación inaceptable" hacia Argentina y hacia todos los pueblos que condenan el terrorismo. "La memoria de nuestros 85 asesinados exige que los responsables rindan cuentas, sin privilegios ni amparos internacionales", expresó el texto difundido por la Casa Rosada. El gobierno recordó que la investigación del fiscal Alberto Nisman identificó a Vahidi como uno de los principales responsables de la planificación del ataque, y que la Unidad Fiscal AMIA solicitó avanzar con el juicio en ausencia para juzgar a los acusados.

El repudio argentino se produce en un contexto de alta tensión regional, tras una serie de ataques y represalias entre Irán e Israel. La designación de Vahidi se da luego de la muerte de altos mandos militares iraníes en ataques israelíes, lo que ha incrementado la preocupación internacional por la escalada del conflicto.

El embajador argentino en Israel, Axel Wahnish, informó que la embajada y el consulado están asistiendo a los ciudadanos argentinos afectados por la situación en la región. "Estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para ayudar a los ciudadanos argentinos", señaló en redes sociales.

La comunidad judía argentina y diversos sectores políticos han manifestado su repudio a la designación de Vahidi y han reiterado el pedido de justicia por el atentado a la AMIA. El gobierno argentino insistió en la necesidad de cooperación internacional para la detención de los responsables y reafirmó su compromiso con la memoria y la justicia.

El caso AMIA sigue siendo un tema central en la agenda política y judicial argentina, y la reciente designación de Vahidi reaviva el reclamo de justicia y la demanda de que no existan privilegios ni amparos internacionales para los acusados de terrorismo.