Argentina y Estados Unidos están a punto de sellar un nuevo acuerdo comercial que, según fuentes oficiales y declaraciones del canciller Pablo Quirno, se encuentra en su etapa final. El anuncio fue realizado en el marco de la cumbre del Mercosur en Foz de Iguazú, donde Quirno afirmó que el acuerdo está “prácticamente cerrado” y que solo restan detalles logísticos y de agenda para concretar la firma oficial, prevista para comienzos de 2026.

El tratado, que busca profundizar la cooperación bilateral, abarca la reducción de aranceles, la apertura de mercados agrícolas, inversiones en minerales críticos y el acceso preferencial a productos clave como recursos naturales, acero, aluminio, carne y productos tecnológicos. Según el comunicado de la Casa Blanca y fuentes del gobierno argentino, el acuerdo se enmarca en una estrategia de apertura comercial y de atracción de inversiones extranjeras impulsada por la administración de Javier Milei.

Las negociaciones, que incluyeron reuniones presenciales en Washington y encuentros virtuales, avanzaron a un ritmo inusualmente rápido en comparación con otros acuerdos internacionales, como el de Mercosur y la Unión Europea, que lleva años de postergaciones. “En ocho meses cerramos prácticamente todo. Avanza con una velocidad inusitada”, destacó una fuente del Gobierno argentino.

Sin embargo, no todo el acuerdo podrá implementarse de inmediato. Fuentes oficiales admiten que las disposiciones relacionadas con tratados internacionales y propiedad intelectual requerirán la aprobación del Congreso argentino en 2026. “No hay ninguna duda de que hay partes que tienen que ir al Congreso porque sin la intervención del Congreso sería imposible instrumentarlas”, señalaron desde la Casa Rosada.

La oposición, especialmente el bloque Unión por la Patria, ha reclamado transparencia y la posibilidad de analizar el texto final en el Parlamento. “El acuerdo comercial entre la Argentina y Estados Unidos tiene que ser enviado al Congreso para su análisis y discusión“, sostuvo el jefe de bloque Germán Martínez.

Por su parte, el gobierno de Estados Unidos ha manifestado su apoyo a las reformas de desregulación impulsadas por Milei, destacando el potencial del acuerdo para dinamizar la economía argentina. El embajador estadounidense en Buenos Aires, Peter Lamelas, subrayó que “las reformas que impulsa Milei tienen el potencial de dinamizar la economía argentina”.

A la espera de la firma oficial, el acuerdo es visto por el Gobierno argentino como un paso clave para reconfigurar el panorama económico y comercial del país, mientras la oposición y diversos sectores reclaman mayor debate y transparencia sobre los compromisos asumidos. El desenlace de la negociación y su implementación dependerán, en parte, del debate parlamentario previsto para 2026 y de la capacidad del Ejecutivo para construir consensos en el Congreso.