El presidente Javier Milei atraviesa una de las semanas más complejas desde su asunción, tras la rebelión de los gobernadores en el Senado, que aprobó una serie de leyes que incrementan el gasto público y desafían el ajuste fiscal impulsado por el Gobierno. La sesión, considerada un revés político para la administración libertaria, evidenció la fragilidad de los acuerdos con las provincias y la dificultad para sostener el equilibrio fiscal sin el respaldo territorial.

El oficialismo, que cuenta con una representación minoritaria en ambas cámaras, enfrenta ahora el desafío de revertir el apoyo de algunos senadores a las iniciativas aprobadas, especialmente en provincias clave como Corrientes y Santa Fe. El presidente Milei anunció que vetará las leyes y endureció su discurso, acusando a la oposición de intentar desestabilizar su gestión y advirtiendo sobre un posible enfrentamiento institucional. "Jodan todo lo que quieran. Los espero el 11 de diciembre", desafió el mandatario, confiando en un respaldo electoral en las próximas legislativas.

En el plano económico, la inflación de junio mostró un leve repunte, ubicándose cerca del 2%, mientras el dólar y las reservas del Banco Central reflejan señales de inestabilidad. El superávit fiscal, uno de los principales logros del Gobierno, se sostiene en parte por la retención de fondos coparticipables a las provincias, lo que ha generado tensiones con los gobernadores y reclamos de mayor financiamiento.

La oposición, aunque fragmentada, ha encontrado en la presión de los mandatarios provinciales un punto de confluencia para desafiar la estrategia de ajuste. Analistas advierten que la debilidad estructural del Gobierno y la falta de alianzas sólidas en el Congreso podrían derivar en una crisis mayor si no se logran acuerdos políticos en el corto plazo. El oficialismo apuesta a que un buen resultado en las elecciones de octubre le permita consolidar poder, pero la incertidumbre política y económica persiste, con un escenario abierto para el segundo semestre del año.