El reciente pedido de "paciencia" realizado por el ministro de Economía, Luis Caputo, respecto a la eliminación de las retenciones al sector agropecuario, desató una ola de críticas y malestar entre productores y dirigentes rurales. Caputo, a través de su cuenta en la red social X, aseguró que "eliminar las retenciones es una obsesión para este gobierno" y pidió confianza, argumentando que "no se arreglan tantas décadas de desastres en un año y medio". Sin embargo, la respuesta del campo fue contundente: la paciencia no alcanza cuando la rentabilidad está al límite y la presión impositiva asfixia al sector.

Dirigentes como Ignacio Kovarsky, presidente de Carbap, y Patricio Kilmurray, de Cartez, reclamaron la apertura de un diálogo real y la adopción de medidas concretas. "Más que usar redes, el ministro tiene que sentarse en una mesa con la gente del campo", afirmó Kovarsky, quien además propuso una baja inmediata de retenciones para incentivar la inversión. Desde Entre Ríos, Nicasio Tito (Farer) advirtió que el potencial del agro podría ser mucho mayor si se eliminan los derechos de exportación y se otorga previsibilidad al sector.

El Gobierno, por su parte, destaca logros como la baja de aranceles, la eliminación de retenciones para economías regionales y la reducción de impuestos, pero evita comprometerse con plazos concretos para la eliminación total de las retenciones. Un informe reciente del productor y exsecretario de Agricultura, Néstor Roulet, advierte que los arrendatarios de soja podrían enfrentar pérdidas superiores a los US$1.100 millones en la próxima campaña si no se modifican las condiciones actuales.

El presidente Javier Milei, tras reunirse con la Mesa de Enlace, ratificó que las retenciones serán el próximo impuesto en ser eliminado, aunque sin definir fechas. La expectativa ahora está puesta en la Exposición Rural de Palermo, donde se esperan posibles anuncios que podrían marcar el rumbo de la próxima campaña agrícola. Mientras tanto, el sector agropecuario insiste en la urgencia de un alivio fiscal y en la necesidad de reglas claras para garantizar la inversión y la producción a largo plazo.