A menos de un mes de las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, el escenario político se muestra altamente polarizado entre Fuerza Patria, el frente peronista encabezado por Axel Kicillof, y La Libertad Avanza, liderada por el presidente Javier Milei. Las encuestas más recientes revelan una leve ventaja para el peronismo, especialmente en la Tercera Sección Electoral, donde la diferencia puede alcanzar hasta 15 puntos, compensando el avance libertario en el interior bonaerense y en la Primera Sección.

La campaña se desarrolla en un contexto de fuerte incertidumbre, con un alto porcentaje de indecisos y un ausentismo que podría superar el 40%, fenómeno que históricamente perjudica al peronismo. El peso de los intendentes del conurbano, en su mayoría alineados con Fuerza Patria, se perfila como un factor decisivo para la movilización del electorado. "Milei vino un rato a sacarse una foto, pero no se anima a caminar los barrios de La Matanza", expresó Axel Kicillof, subrayando la importancia de la territorialidad en la disputa electoral.

Las preocupaciones de los bonaerenses se centran en la inseguridad, los bajos salarios y la inflación, con el desempleo alcanzando niveles inéditos desde el cambio de gobierno en 2023. Según los relevamientos, la inseguridad es el principal problema para el 51,5% de los encuestados, seguida muy de cerca por la situación económica. El gobierno nacional, por su parte, recibió un respaldo financiero del FMI con el desembolso de USD 2.000 millones, aunque persisten dudas sobre la estabilidad cambiaria y la capacidad de recomposición de reservas.

La campaña se caracteriza por la ausencia de figuras nacionales de peso en las boletas, lo que otorga mayor protagonismo a los candidatos locales y a los jefes comunales. En la Tercera Sección, Verónica Magario encabeza la lista peronista, mientras que Maximiliano Bondarenko lidera la propuesta libertaria. La disputa se intensifica en distritos clave como La Matanza, donde ambos espacios buscan consolidar su base electoral.

El resultado de la elección será determinante para la composición de la Legislatura bonaerense y para la gobernabilidad de Kicillof en los próximos dos años. La polarización, el ausentismo y la crisis económica configuran un escenario de final abierto, donde cada punto de diferencia puede definir el rumbo político de la provincia.